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¿Por qué baja la audiencia del Mensaje de Navidad del Rey?

Internet, el cambio de costumbres, el adelanto de las misas del Gallo y la estabilidad política explican el descenso

Vídeo: El rey Felipe cambia el Palacio Real por su despacho en Zarzuela en su tercer mensaje de Navidad ATLAS
Almudena Martínez-Fornés

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El Mensaje de Navidad del Rey fue lo más visto en televisión durante la pasada Nochebuena, pero aún así obtuvo el nivel más bajo de audiencia de los últimos 18 años. En concreto, fue seguido por 5,82 millones de espectadores (844.000 menos que el año pasado) y consiguió un 57,6% de cuota de pantalla (7,5 puntos inferior a la de 2015).

Como todo el consumo televisivo (incluso los principales acontecimientos deportivos o informativos), el Mensaje de Navidad del Rey también va perdiendo audiencia con el paso del tiempo. Sólo repunta cuando se dan unas circunstancias especiales que disparan la expectación , como fue el relevo en la Corona en 2014 o la excepcional situación política vivida en las Navidades de 2015, tras las primeras elecciones de la democracia que no apuntaban un claro vencedor. En aquel momento de incertidumbre, aumentaba el deseo de saber qué iba a decir el Rey. Esta Nochebuena, en la que la economía ha empezado a recuperarse tras la crisis y la política parece serenarse, la expectación era menor.

El récord del año 2000

Pero, en cualquier caso, lejos quedan ya aquellos tiempos en los que Don Juan Carlos alcanzó el récord de audiencia con 9,1 millones de espectadores y el 87,2 por ciento de cuota de pantalla logrado en el año 2000. Existen varias razones que explican este descenso.

Hace 42 años, cuando se transmitió el primer Mensaje de Navidad del Rey, los españoles sabían que su única oportunidad de verlo era encender la televisión a las 21 horas de la Nochebuena. Si no la aprovechaban, tendrían que esperar a leer los periódicos del día 26 (salvo en Cataluña, que ya salían el 25) o conformarse con los titulares del telediario y los informativos de las cadenas de radio. Y así fue durante décadas, hasta que irrumpió internet y se fue extendiendo por los hogares. Ahora ya, cada persona puede ver el Mensaje de Navidad cuando lo considere oportuno a través del móvil, la tableta, el ordenador o la televisión a la carta.

Además, hace décadas, los españoles tenían otras costumbres y a las 21 horas del día de Nochebuena solían estar ya reunidos en familia, mientras que ahora muchos están desplazándose en coche a la casa de sus familiares o amigos. En aquellos tiempos, la televisión era una de las principales distracciones antes de sentarse a cenar para asistir después, a las doce de la noche, a la Misa del Gallo.

Ceremonias antes de la cena

Con el paso del tiempo, esas costumbres fueron cambiando y la propia Iglesia Católica decidió adelantar los horarios de esa celebración. El primero en hacerlo fue el Papa Benedicto XVI, quien en 2009 adelantó la misa dos horas, a las diez de la noche, y posteriormente el Papa Francisco, empezó a oficiarla a las 21.25 horas.

La mayoría de las parroquias españolas siguieron el ejemplo y el pasado día 24 se oficiaron más misas antes de la cena que en la medianoche. De las 121 misas del Gallo oficiadas en Sevilla, 53 se mantuvieron a las 24 horas, y 68 se adelantaron. La pasada Nochebuena, además, cayó en sábado, por lo que con acudir a esa misa se cumplía el precepto dominical. Muchas de esas eucaristías fueron entre las 20 y las 21 horas, por lo que coincidían con la emisión del Mensaje del Rey .

En el Palacio de la Zarzuela son conscientes desde hace años de la caída de la audiencia televisiva del Mensaje del Rey. Sin embargo, hasta ahora no se han planteado cambiar el horario o la fecha de su emisión. Es verdad que el discurso más personal e importante de cuantos pronuncia Don Felipe a lo largo del año se emite por televisión en un momento poco favorable para que se escuche con atención.

De hecho, la Nochebuena no parece ser el mejor día para las reflexiones políticas. Pero el Rey no tiene que competir en audiencias y en Zarzuela saben que nunca antes había sido tan fácil como ahora acceder al contenido del Mensaje de Navidad, ya sea al vídeo o, mejor incluso, a la transcripción, ya que algunas de sus reflexiones requieren ser leídas sosegadamente para su comprensión.

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