Veteranos del PP avisan del coste electoral que tendrá el giro sobre el aborto en provincias pequeñas
«La aceptación y el aplauso a la ley de plazos violan los estatutos del partido»
Madrid
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Iniciar sesiónHay una parte del PP, no pequeña, que estos días está que arde por el giro drástico del partido en relación con el aborto. En Génova calcularon que si lograban desactivar el debate sobre un asunto siempre espinoso y se adaptaban a lo que ... creen que es aceptado de forma general por la sociedad podrían ampliar los márgenes de esa mayoría que busca Alberto Núñez Feijóo en las urnas para poder gobernar en solitario. Pero la parte conservadora y la humanista cristiana del PP se han revuelto y han advertido de que los estatutos son tajantes a la hora de defender el derecho a la vida y rechazar el aborto. El presidente del partido, subrayan, no puede actuar «en contra de los principios y el corpus ideológico» que forman la columna troncal de esta formación política.
Por un lado ese sector conservador del PP deja ver su indignación por un giro no debatido en los órganos competentes del partido. Eso sí, evitan hablar de 'corriente interna' y no plantean una batalla pública y abierta, al menos por ahora, ya que la cercanía de las elecciones y la posibilidad de echar a Pedro Sánchez pesan demasiado para cerrar filas en torno al liderazgo de Feijóo.
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Desde el punto de vista de los principios del PP, el exministro Jorge Fernández Díaz es rotundo al afirmar que la defensa y el aplauso de la ley de plazos «violan los estatutos del partido». En declaraciones a ABC, recuerda que en el congreso nacional de 2004, en el que fue elegido presidente nacional Rajoy, se iba a retirar el 'humanismo cristiano' de los estatutos, y él defendió una enmienda para mantenerlo. Y ganó. El PP, además de liberal y conservador, se inspira por tanto en ese humanismo cristiano, y en coherencia sus estatutos y sus ponencias defienden el derecho a la vida, rechazan de plano el aborto y por supuesto no hablan de ningún 'derecho' en ese sentido.
Otro exministro, Jaime Mayor Oreja, también ha mostrado su oposición a ese cambio liderado por Feijóo y su portavoz de campaña, Borja Sémper, a la posición del PP respecto al aborto. Pero hay muchos más: en la vieja guardia, cargos en activo, diputados y senadores, concejales que rechazan la ley de plazos en privado y en conversaciones internas. «Feijóo podía haberse limitado a acatar la decisión del Tribunal Constitucional, sin mostrarse de acuerdo con la ley», advierten.
El cálculo electoral
«Donde no hay convicciones todo es cálculo», subraya Fernández Díaz. Pero puestos a calcular, los que rechazan con más contundencia el aborto también han hecho sus cuentas y han lanzado un aviso: «No puedes hacer un guiño a los votantes por la izquierda para cabrear al mismo tiempo a los votantes que ya tienes». En ese sentido, fuentes territoriales, parlamentarias y de la vieja guardia del PP consultadas advierten de que el giro sobre el aborto tendrá consecuencias electorales, una fuga de votos por la derecha que podría ser más relevante en las provincias pequeñas, y que podría suponer la cesión de algún escaño a Vox o incluso al PSOE. En un escenario en el que la mayoría y el Gobierno se puede decidir por muy pocos votos, cualquier diputado vale su precio en oro, recuerdan las mismas fuentes. Fernández Díaz añade otro dato: «En 2011, después de presentar el recurso contra la ley de plazos, el PP obtuvo el mejor resultado de la historia en las urnas».
El exministro Mayor Oreja, que ya no milita en el PP sino en la plataforma Neos, comenta a ABC que Feijóo ha hecho un movimiento claro hacia el «liberalismo laico». «No es una decisión inocua, es un cambio drástico». Pero va más allá al denunciar una estrategia del nuevo Tribunal Constitucional «no para defender la Constitución, sino para inventar un nuevo orden social». «El aborto es la punta del iceberg, si avalas la primera sentencia de este TC, estás avalando toda la estrategia».
En Génova, el portavoz de campaña, Borja Sémper, trató ayer de recular en parte, tras la polémica originada no solo en un sector de su partido, sino entre votantes del PP. Sémper se negó a hablar del aborto como un 'derecho' y subrayó la compatibilidad de los estatutos con el acatamiento de la ley de plazos tras la decisión del Constitucional. Mayor Oreja, en cambio, lo ve de una manera muy diferente: «Si tú apoyas la ley de plazos estás considerando ya el aborto como un derecho, porque durante unos meses el nasciturus no tiene ninguna protección jurídica», avisa.
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