La Ruta Canaria suma una nueva desgracia con 48 muertos en un cayuco que ha volcado cerca de El Hierro

El cayuco volcó en la madrugada del sábado a cuatro millas de la isla de El Hierro, con varios niños y niñas a bordo. Por el momento, se ha logrado rescatar con vida a 36 personas, entre ellas 4 menores, pero se tienen pocas esperanzas en encontrar con vida a los 48 desaparecidos. Tres han sido evacuados en helicóptero por hipotermia.

Ya ha sido rescatados del mar nueve cadáveres, entre ellas el de un adolescente de entre 12-15 años. Se espera que se vayan recuperando cuerpos en unos tres días cuando avance la descomposición de los cadáveres, especialmente al este del archipiélago, ha explicado a los medios el presidente del Gobierno canario, Fernando Clavijo.

Fueron los propios migrantes los que han llamado a una ONG pidiendo auxilio después de llevar seis días de navegación y dos días sin motor, a la deriva ,sin agua ni comida. El cayuco fue localizado poco después, pero en el momento del acercamiento de la embarcación de rescate, el más delicado del proceso, muchos de los ocupantes se pusieron en pie y provocaron el vuelque de la barcaza.

De noche, la desesperación se apoderó de los migrantes que se agolparon a las 2.40 horas en uno de los lados de la barca, desestabilizándola y provocando la caída de los ocupantes al océano, en una noche con unas condiciones muy complejas, con rachas de viento fuertes y oleaje. A las malas condiciones y la oscuridad se suma que los migrantes, tras seis días dentro del cayuco, tienen los músculos entumecidos lo que les dificulta mantenerse a flote, aunque muchos no saben nadar.

De acuerdo con los datos que los propios migrantes ofrecieron a la ONG, el cayuco partió hace seis días de Nuadibú, con 84 personas a bordo, de las que solo se ha podido localizar a 27. La embarcación se encontraba a apenas unas millas del municipio de Valverde, en la zona de Las Playas, unos seis kilómetros.

Salvamento mantiene el operativo de búsqueda, con el helicóptero Cuco de la Guardia Civil, el helicóptero del Grupo de Emergencias y Salvamento (GES) del Gobierno de Canarias con base en El Hierro, un avión de Salvamento y cuatro buzos del Grupo de Especialistas en Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil.

En tierra hay dispuestas cuatro patrullas de la Guardia Civil, compuestas por ocho personas, que están realizando labores de observación y vigilancia desde la costa, además de otros cuatro agentes de la Policía Judicial de la Guardia Civil que están colaborando en las labores forenses que ya se están practicando a los nueve cadáveres que pudieron ser rescatados tras el naufragio.

El delegado del Gobierno ha manifestado que el operativo de búsqueda se mantendrá «el tiempo que haga falta», pues es probable que a partir del segundo día puedan empezar a aparecer cadáveres de algunas de las personas que iban en el cayuco, tal y como ha ocurrido en sucesos similares.

El presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, ha recordado que «sabíamos que iba a ocurrir» y «va a ir a más» este tipo de desgracias y por ello han decidido «reforzar» todos los recursos que dependen de la comunidad autónoma porque hay un problema logístico. «Ni siquiera hay espacio para enterrar», ha lamentado.

A 15 de septiembre «estamos en un 85% más de llegadas que el mismo periodo del año pasado que fue récord» con 26.758 migrantes. La Ruta Canaria «es la más peligrosa del mundo», ya que «cada 45 minutos muere un migrante tratando de llegar a nuestras costas». Esta situación «nos tiene que servir a todos para la búsqueda inmediata y urgente que nos permita gestionar este fenómeno», ha insistido.

En los próximos meses, «esto va a ir a peor», ha alertado. Esta es «una evidencia más» de que «estamos fracasando» y esto «no lo podemos permitir».

Por su parte, el vicepresidente del Ejecutivo canario, Manuel Domínguez, ha dicho que «pediríamos de rodillas por esta ayuda» esperando que esto «agite las conciencias» y avanzar en una «política eficaz» porque «no sabemos qué más hacer». Canarias necesita «de forma extrema» ayuda, y confía en que «el grito se escuche».

No hay fecha para el acuerdo, han dicho, y eso provoca «desesperación» aunque «seguiremos trabajando y confiando» en que se alcance «esperando que la semana que viene le demos un empujón y esto avance, aunque el tiempo corre en nuestra contra».