Dañados varios frescos de 300 años de antiguedad en una parroquia de Tenerife

«No tenemos palabras ante este acto», ha manifestado la Hermandad Nuestra Señora del Buen Viaje, que denunció los hechos públicamente a través de un post en redes sociales el miércoles pasado, donde señalan la actuación del párroco municipal, quien habría autorizado las reparaciones de las paredes, ignorando presuntamente el valor histórico de las piezas, ahora tapadas con pintura y previsiblemente dañadas; «que probablemente no podamos recuperar», aseguran.

Según ha relatado la hermandad, los frescos ahora dañados estaban cubiertos por una capa de pintura de baja adherencia para poder proceder a su restauración posterior, por lo que no eran visibles al público. Esta capa ha sido retirada por los operarios mediante una espátula, como se aprecia en las fotos publicadas, y después han tapado los dibujos con pintura blanca antihumedad, no específica para la conservación de materiales pictóricos. Las tintas no las han cargado contra los trabajadores, sino contra el párroco, quien habría autorizado las obras y de quien piden su expulsión inmediata: «Debemos aclarar que el único responsable es Héctor Lunar».

«Nunca se debe usar la espátula, porque la técnica utilizada en estas pinturas está hecha directamente sobre el mortero fresco. Si se utiliza espátula, se arrancaría el mortero original donde se pintó hace siglos», han manifestado desde la cofradía.

También han aclarado que si bien algunos frescos sí se encontraban restaurados desde principios de siglo, otros tantos permanecían cubiertos bajo una capa de pintura especial para poder restaurarlos en un futuro debido a un coste económico inasumible. «Entre los años 1999 y 2007 se llevó a cabo la restauración de la parroquia, en la que se descubrieron unas pinturas en las paredes del presbiterio. Solo se pudo restaurar una franja sobre la puerta de la sacristía, ya que la restauración completa requiere de una gran inversión económica y consentimiento patrimonial», han asegurado un día después en otro comunicado en redes sociales.

Desde que el miércoles pasado se tuviera conocimiento de los hechos, varios medios de información han ido recogiendo diferentes versiones. En una entrevista con Radio Tanque FM, Háctor Lunar, el párroco de la ermita, ha asegurado que la pintura sobre los frescos estaba «levantada» y que la pared tenía humedades. También que consultó con la concejala de Obras y Servicios de El Tanque, quien le advirtió de no dañar los frescos que sí son visibles, además de recurrir a una empresa especializada.

Dicha concejala se ha defendido en redes sociales asegurando que advirtió al párroco de que la actuación que pretendía era «delicada» y que le dio el contacto de empresas especializadas, a las que decidió no acudir. La alcaldesa del municipio, Esther Morales, ha confirmado a medios locales que las actuaciones durante la reforma han provocado daños todavía sin determinar, pero que ya hay en marcha una visita de especialistas en patrimonio para ello.

Desde la congregación religiosa han recordado la importnacia cultural e histórica del enclave: «Antes de la erupción volcánica de Trevejo en 1706, la zona de lo que ahora conocemos como el Casco Histórico contaba con una pequeña Ermita, dedicada a San Antonio de Padua (S. XVI). Esa Ermita fue destruida por el volcán, por lo que los pocos vecinos y vecinas que se habían asentado en la zona, construyeron la actual parroquia con sus manos y los pocos recursos que tenían y que se abrió al culto en 1729».