Condenan a más de 15 años de prisión al asesino confeso de Romina Celeste

El asesino confeso de Romina Celeste, a quien Raúl D.C. maltrató repetidamente, mató, descuartizó y se deshizo del cadáver tratando de quemarlo y lanzándolo al mar, está ahora mismo en libertad dentro del plazo estipulado de 10 días desde que se emite la notificación del juzgado para su entrada en prisión. El juzgado le ha aplicado la pena acordada por las partes de 15 años y nueve meses, de los que cuatro de ellos ya los ha cumplido en prisión preventiva, de la que salió el pasado mes de enero al superar el máximo permitido.

La Audiencia Provincial de Las Palmas ha notificado hoy la sentencia que, de acuerdo con el veredicto de culpabilidad emitido por el jurado el pasado martes, por el que se le impone un total de 15 años, nueve meses y cuatro días de prisión al autor confeso de la muerte de Romina Celeste N.R., Raúl Díaz Cachón, de 46 años.

Se le confirma así como responsable de un delito de homicidio con agravantes por parentesco y de género y la atenuante de reparación del daño (12 años, 6 meses y 1 día de prisión); un delito de maltrato habitual (1 año, 9 meses y 1 día de prisión); dos delitos de lesiones (6 meses y 1 día y 9 meses y 1 día por cada uno de ellos) un delito de profanación de cadáver (3 meses de prisión) y un delito de simulación de delito (multa de 1.080 euros).

Además de las condenas penales, la sentencia impone al acusado, entre otras medidas, 10 años de libertad vigilada y la obligación de indemnizar con 260.000 euros a la madre y a los dos hijos de la fallecida, suma que ya ha abonado y que le computa como atenuante de reparación del daño.

En su derecho a la última palabra, Raúl Díaz Chacón se declaró arrepentido de los hechos. «Me arrepiento profundamente de lo que pasó. Pido perdón a la familia, aunque no lo merezca, se lo ruego a la familia de Romina, a la mía y a la sociedad. Aceptaré la pena que me sea impuesta por este tribunal e ingresaré voluntariamente en prisión».

La sentencia declara probado, tal y como ya hizo por unanimidad el jurado popular el pasado martes, que el acusado y la víctima a se conocieron en Madrid a finales de 2017 y a partir de entonces entablaron una relación sentimental, mudándose poco después a Lanzarote, donde contrajeron matrimonio el 10 de agosto de 2018.

«Durante la relación», relata el auto, «con total desprecio por la integridad física y estabilidad emocional» de la víctima, «tanto en el domicilio como fuera de él», el hoy condenado «la agredió en distintas ocasiones, además de tratarla con menosprecio, lo que generó en ella un estado de angustia y miedo insoportable», que la llevó incluso a tratar de quitarse la vida, como ha narrado una de las amigas de Romina Celeste, testigo del juicio, y confirma el expediente sanitario.

El fallo relata varios episodios violentos y expone que el día 1 de enero de 2019, de madrugada, Raúl Díaz Chacón, «con intención de causar la muerte de Romina, o asumiendo esa posibilidad, la golpeó en distintas partes del cuerpo, y le dio muerte, sin que se hayan determinado los mecanismos de causación».

Subraya la resolución que la mató «al considerarla un ser inferior con el que podía desatar su rabia, y ello por el hecho de ser una mujer joven, extranjera y sin recursos que ejercía la prostitución para mantenerse económicamente».

Posteriormente, el acusado decidió deshacerse del cuerpo, y con tal fin puso el cadáver en una barbacoa y le prendó fuego. Después lo desmembró, introdujo los restos en bolsas de basura y las fue arrojando al mar. El 5 de enero «fue encontrado un pulmón de la víctima», concluye el fallo, y se procedió a la intervención del teléfono del hoy condenado, hasta su detención el día 13 cuando narró a un conocido cómo se había desecho del cadáver y fue detenido.

Durante el juicio, el acusado admitió todos los hechos y manifestó su intención de no recurrir contra su condena y cumplir su pena.

Los peritos forenses que participaron durante las tres jornadas de juicio advirtieron que el relato sobre cómo desmembró y se deshizo de los restos de Romina Celeste es irreal, ya que no es coherente ni viable, y aseguraron que faltan datos. Su relato sobre cómo se deshizo de los restos de la víctima, no es viable. «Falta a la verdad, esto no ocurrió así o no nos está contando toda la información». Es «imposible», han dicho los especialistas forenses, lo que desmontaría el atenuante de confesión. El discurso era «esquemático y estereotipado» y aunque hay partes que pueden ser originales, no está completo.

«Nunca mostró arrepentimiento, cuando lo hacía era con teatralidad y de forma poco sincera», han señalado. El asesino confeso es «victimista, manipulador y calculador», de acuerdo a las pruebas forenses practicadas.

En base a este relato irreal, la madre de la víctima, Miriam Rodríguez, ha pedido en reiteradas ocasiones que confiese donde están los restos de su hija que no fueron arrojados al mar, para poder «llevarla a casa» y cerrar así un proceso de duelo que ha durado más de 4 años y 5 meses. Ante la falta de respuesta del acusado, solicitó poder recuperar el trozo de pulmón encontrado de Romina Celeste, pero el juzgado destruyó dicha prueba añadiendo más dolor a la familia.

Mientras la abogada de la familia ha denunciado que estos restos fueron destruidos «por error» cuando la magistrada que inició la investigación fue sustituida por otra. El Instituto de Medicina Legal dio tres meses a la juez para que consultara a las partes (entre ellas la familia) qué hacía con esos restos, pero la instructora no trasladó a las acusaciones y defensa ese emplazamiento, por lo que nadie contestó.

Por su parte, el Tribunal Superior de Justicia de Canarias ha explicado que el juzgado notificó el 17 de enero de 2020 a las partes el informe médico forense que advertía de que los únicos restos biológicos hallados del cadáver (un trozo de pulmón) serían destruidos si nadie presentaba alegaciones contra esta decisión, tal y como ocurrió. señala que el procurador de la abogada de la familia de la víctima recibió y acusó recibo telemáticamente tanto de la diligencia de ordenación como del informe del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses, con sede en Madrid.