TURISMO
Autógrafos, chicles y piezas rotas: una parroquia de Tenerife cobrará entrada para 'defenderse' de los atentados al patrimonio
Denuncian que el templo se ha convertido en escenario de retos de las redes sociales, entre otras faltas de respeto
Dañados varios frescos de 300 años de antiguedad en una parroquia de Tenerife
Laura Bautista
Las Palmas de Gran Canaria
Tras una oleada de atentados al patrimonio y sumándose a otras instituciones, la comunidad parroquial del templo matriz de Nuestra Señora de la Concepción de La Orotava empezará a cobrar entrada a los turistas. Como ha destacado en un comunicado, se trata de ... una medida necesaria para atender a las necesidades de preservación después de encontrar «autógrafos» en retablos y pinturas murales, chicles, rotura de piezas y faltas de respeto.
El cobro de la entrada entrará en vigor a partir del próximo mes de febrero. Desde el pasado año el templo ha experimentado una gran «presión turística» que ya están analizando, que en ciertas temporadas supera al 200% de las tasas normales de visitas y «tristemente, el comportamiento de muchos usuarios es manifiestamente mejorable». Entre las denuncias, la comunidad destaca desde la banalización del espacio, a la falta de respeto a personal y feligreses, interrupciones de los cultos religiosos y daños al patrimonio «como rotura de piezas y un triste largo etcétera».
«Autógrafo» en retablos y pinturas murales, subirse a los retablos para sacarse fotos, retirar delimitaciones acordonadas para entrar en espacios privados y una grave «degradación del espacio», son algunas de las consecuencias de esta presión turística y la falta de respeto al patrimonio. «El daño material es visible», han denunciado, y es «doloroso y reprobable» comprobar cómo el patrimonio paga las consecuencias de los retos de las redes sociales, además de restos de comida, entre otros efectos.
Han asegurado que «desafortunadamente no se ha documentado todo» porque la prioridad es actuar, pero afirman que «no es un caso aislado» sino un «problema». Por ello, han optado por fortalecer el filtro de acceso para que sirva de disuasión a los visitantes que «por duro y triste que resulte, finalmente no aportan calidad y sostenibilidad» en sus visitas.
Los residentes son los que colabora con sus impuestos a la preservación del espacio y «a menudo so quienes menos disfrutan de su patrimonio» por lo que consideran «de recibo y pertinente» que el turismo «colabore» con el sostenimiento del legado artístico e histórico del templo.
La entrada a la iglesia será gratuito para los residentes, menores de 6 años y guías oficiales acreditados y desde el 17 de febrero costará dos euros para los turistas. «El patrimonio merece ser reconocido y redignificado», afirma la comunidad parroquial.
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