violencia machista
Abigail, de 34 años, víctima número 100 de la violencia de género en Canarias
El delegado del Gobierno en Canarias ha informado que no constaban denuncias previas de la víctima contra su presunto agresor
Laura Bautista
Las Palmas de Gran Canaria
El presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres, ha lamentado la muerte de Abigail, de 34 años, que presuntamente fue asesinada por su expareja el 29 de julio en Santa Cruz de Tenerife y con la que ascienden a 100 las mujeres que han perdido ... la vida a manos de sus parejas o exparejas desde el año 2003 en el archipiélago.
Abigail fue apuñalada presuntamente por su expareja en plena calle, en una zona céntrica de la capital tinerfeña. Aunque fue evacuada a un centro hospitalario con vida, falleció poco después a causa de las heridas de arma blanca. El presunto agresor fue detenido dos horas después en su vivienda y hoy lunes pasa a disposición judicial.
En el Juzgado de Violencia Nº1 de Santa Cruz de Tenerife el detenido por su posible relación con la muerte de la mujer se ha acogido a su derecho a no declarar. La magistrada lo investiga por el delito de asesinato y ya se ha dictaminado su ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza.
«Son ya 100 vidas de mujeres y ocho niños y niñas las que el machismo nos ha arrebatado desde el año 2003 en Canarias», ha lamentado el presidente canario durante la lectura de un manifiesto de protesta y rechazo por este último crimen.
El Gobierno de Canarias ha tomado la decisión de «no poner el contador a cero» al comenzar cada año y seguir nombrando a cada víctima de violencia, mujeres y menores, ya que entiende que «de lo contrario sería invisibilización y olvido».
«Este asesinato no es un hecho aislado y si bien el feminicidio es la demostración más extrema de violencia, no es el único ejemplo, pues vivimos en una sociedad profundamente desigual, cuya estructura social fomenta todo tipo de discriminaciones y violencia contra las mujeres: físicas, económicas, psicológicas, sexual», ha subrayado.
Por ello, ha considerado que el «papel» de las instituciones en esta materia «es importante» para buscar una sociedad «igualitaria y justa», ya que ha manifestado que una «desigualdad estructural necesita de medidas estructurales para ser subvertida» por lo que ha defendido políticas públicas que «transformen gradual pero firmemente este mundo donde el simple hecho de ser mujer no constituya un peligro».
Añadió que si bien hace tiempo que se inició el camino hacia una «vida libre» de violencia machista, ahora toca «visibilizar y denunciar un asesinato más», manifestando que mientras esto continúe sucediendo se estará en la obligación de reconocer que aún »queda camino por recorrer».
En este sentido, ha apuntado que desde el Gobierno regional continuarán centrando su «esfuerzo en tomar medidas efectivas» contra la violencia machista, así como en incidir en «cambios profundos» para caminar hacia la erradicación de la violencia machista con el objetivo de que algún día se pueda decir que «el machismo, la violencia contra las mujeres y la vulneración contra sus derechos son cosas del pasado».
«En Canarias no daremos ni un paso atrás en la lucha ante una realidad que golpea de nuevo a nuestra sociedad con el asesinato de Abigail», concluyó.
Tenía «ansias» de asesinarla
El delegado del Gobierno en Canarias, Anselmo Pestana, ha informado que la víctima «no tenía denuncias previas contra su expareja», lo que hace »muy difícil adoptar medidas».
Ha indicado que de acuerdo a la investigación, «el agresor atacó a la víctima con un cuchillo y le produjo un corte a la altura del cuello», que le causó la muerte. Pestana ha señalado que «todo apunta a que su expareja es el responsable de los hechos» y que «existían unas ansias por efectuar el asesinato» aunque «corresponde al poder judicial la calificación penal».
Pestana ha enumerado que ya son 1.156 mujeres asesinadas desde que existen registros oficiales, además de 356 huérfanos y 47 niños y niñas. La violencia de género es «un problema grave en España» que expone que «algo no funciona en la sociedad».
Esta es «una desgracia a condenar» y un caso «injustísimo de pérdida de una vida humana».
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