Equilibrio entre la vida laboral y familiar

En general, las mujeres luchamos por el derecho que tenemos a vivir con respeto, tolerancia y salud. No debemos aceptar vivir con miedo, angustia, culpa, violencia, cargas, ansiedad e incertidumbre. Por eso, la actual campaña de la Concejalía viene este año diseñada para incidir sobre la salud y calidad de vida de las mujeres.

Las estadísticas nos muestran unos números que dicen que las mujeres sufren más estrés laboral que los hombres. Esto fácilmente se traduce en:

a) La dificultad de la mujer para conseguir un puesto de trabajo y un salario acorde con sus capacidades y aptitudes.

b) La dificultad de la mujer para compaginar el trabajo del hogar, el embarazo o el cuidado de sus hijos/as o mayores, con el trabajo laboral.

c) La posible de la mujer para escalar profesionalmente de forma igual a la que el hombre lo hace.

Hoy en día la mujer quiere ser una gran profesional en su puesto de trabajo, un ama de casa ejemplar y además estar arregladísimas y guapísima en una sociedad donde cada vez se nos exige más. Todo este cúmulo de cosas provoca consecuencias serias sobre nuestra salud, ansiedad, culpabilidad, estrés etc.

Por estos motivos, la campaña que hemos diseñado para conmemorar este año el Día de la Mujer tiene por lema «Mujer, salud y calidad de vida», ya que las mujeres y los hombres debemos hacer una seria reflexión sobre el papel que queremos interpretar en esta sociedad para ir cambiando roles y pensamientos.

La mujer ha adquirido atributos asociados tradicionalmente a la masculinidad (profesionalización, independencia económica, competitividad) con el fin de poder equiparse al hombre y competir con éste en diferentes espacios, ganando con ello muchos derechos. Sin embargo, no se ha desligado de ciertas obligaciones. Y, aunque ahora, la mujer es un sujeto jurídico y político, y ha ganado derechos, en definitiva lo que ha logrado es sumar obligaciones a las que ya tenía.

La mujeres debemos emprender una actitud de responsabilidad social para acabar con los estereotipos del hombre-pensante y mujer-objeto, pero sin convertirnos en víctimas ni tampoco en luchar entre nosotras mismas ya no sólo por una cuestión de principios sino de salud; pero, sobre todo, porque la historia nos demuestra que los logros se consiguen estando unidas.

Las mujeres no somos objetos decorativos ni queremos que se nos vea así y debemos luchar por ello unidas, sin competir entre nosotras, porque este mundo sigue siendo de hombres a pesar que el 51% de la población es femenina. Tenemos que llegar a ese equilibrio de no exigirnos tanto a nosotras mismas, pedir a gritos esa conciliación de la vida laboral con la familiar para no sentirnos culpables y reclamar de los políticos más ayudas para todas aquellas mujeres con cargas familiares.

Como conclusión, sólo me resta estar de acuerdo con aquello de que los factores que impiden que mejore la salud de la mujer no son de carácter fundamentalmente técnico o médico, son de tipo social y político y ambos corren parejos. Intentemos buscar soluciones entonces.

Herminia Demetrio Rigüela es concejala delegada de Igualdad de Oportunidades y Derechos de la Mujer del M.I. Ayuntamiento de Telde