Primera huelga de «comunity managers» en Canarias

Se trata de una empresa de la comunicación con una facturación inferior a dos millones de euros que desarrolla servicios en las islas . Los trabajadores «digitales» denuncian que, desde el pasado mes de marzo piden a la empresa que se ponga al día con el convenio colectivo. Es decir: que les pague como integrantes de una agencia de publicidad.

Antes de lanzarse a la huelga, los gestores de redes sociales de Nexglobal, una sociedad limitada con 3.006 euros de capital social fundada en 2013 por dos socios, Ángel Cabrera y José María Rodríguez, afirman que fueron a la Seguridad Social a denunciar su situación. Desde la Administración, un inspector de INSS hizo un informe en el instaba a Nexglobal a operar bajo el paraguas laboral de agencias de publicidad.

El sindicato UGT, este lunes, ha denunciado en rueda de prensa que, «tras seis meses de espera» y después del informe de la Seguridad Social que les «respaldaba», la sociedad, de la que Rodríguez Torres es desde agosto de 2016 el único administrador, «sigue negándose a la aplicación de dicho texto normativo».

Los trabajadores, asegura UGT, han mostrado en todo momento «su talante negociador» para que el «reconocimiento de las tablas salariales no ocasionase un perjuicio económico a la empresa»; pero «no han logrado establecer acuerdo alguno».

Al margen de desarrollar paros y protestar en las redes sociales con clientes de la consultora, los trabajadores tienen previsto iniciar movilizaciones en la calle, porque «hemos mostrado la disposición a la aplicación de un descuelgue salarial y al cambio temporal de algunos contratos a la modalidad de fijos discontinuos; pero lamentablemente, tan solo hemos recibido negativas y amenazas de despidos».

UGT Canarias ha denunciado «otras irregularidades graves» como «la discriminación salaria l que sufren algunos trabajadores» por razones de género, «las deficiencias en materia de prevención laboral o el abuso del personal en prácticas y salarios que se abonan con retraso».

El objetivo es que la empresa, según UGT, «vuelva a la senda de la cordura y ponga fin a la confrontación que mantiene contra sus trabajadores», apostilla la central sindical.