La familia de Yéremi sobre la reapertura del caso: «Nos ha vuelto a llenar de esperanza»

Ithaisa Suárez ha dicho que «es un gran abogado» y «una persona encantadora» por lo que ha mostrado su agradecimiento con el letrado. «Estamos muy orgullosos», ha dicho en nombre de la familia del pequeño, ya que «ha hecho un trabajo impecable» y «nos ha vuelto a llenar de esperanza» .

La esperanza de la familia del pequeño, que desapareció mientras jugaba con algunos de sus primos en un solar cercano a la vivienda familiar, es que una nueva investigación arroje luz sobre lo que le ocurrió a Yéremi y «poder recuperar lo que quede de él» como ha expresado su madre, y así « poder darle sepultura, lo necesitamos «.

Los indicios presentados por el abogado se centran en la única línea de investigación sólida hasta el momento, la que inició la Unidad Central Operativa (UCO) en estos últimos años hasta el sobreseimiento de la causa en 2017, la que apuntaban a Antonio Ojeda «El Rubio» como sospechoso.

Según adelanta el escrito de solicitud de reapertura hay nuevos indicios que es necesario investigar en mayor profundidad y una serie de pruebas y testimonios que no fueron tenidos en cuenta durante la investigación.

Antonio Ojeda «El Rubio», condenado a cinco años de prisión por abuso sexual a un menor que secuestró en el mismo barrio donde desapareció Yéremi, se sitúa en el lugar y en el momento de los hechos.

Él mismo, sin ser solicitado, declaró como testigo asegurando que había visto lo que le había ocurrido al pequeño . En el caso del delito contra otro menor por el que fue condenado tuvo el mismo comportamiento.

Ojeda, cuando desapareció Yéremi, vivía a apenas 50 metros de la casa familiar, estaba en un bar donde se puede ver el solar en el que estaba el niño y cuando fue trasladado a la cárcel de Juan Grande (al sur de Gran Canaria) para que compareciera ante un juez, s e negó a ofrecer muestras de ADN y a prestar declaración.

Además, su aspecto, el uso de la gorra que era parte de su indumentaria habitual, y la pegatina de palmeras y el color del coche encajan con el testimonio de uno de los testigos, un niño en aquel entonces con 11 años que estaba en la zona cuando desapareció Yéremi. Aunque dijo haber visto otro modelo de coche, motivo por el que se debilitó el testimonio, este es un modelo similar al coche que conduce «El Rubio».

Dos presos que compartieron módulo penitenciario con «El Rubio» aseguraron que este les había confesado conocer el paradero de Yéremi, uno de ellos incluso explicó que le aseguró ser el autor . Le dijo, tal y como testificó, que el niño «estaba azul» y por eso tuvo que «desaparecerlo», posiblemente quemando el cuerpo sobre un colchón.

La cianosis, esa coloración azul, se debe a una patología respiratoria que sufría Yéremi y un detalle que solo conocía la familia cercana y no había sido hecho público.

Además, la expareja de «El Rubio» aseguró que le había comentado el color de las gafas que llevaba el pequeño en el momento de la desaparición, un detalle que tampoco se había publicado y no era conocido ya que en el cartel y las imágenes difundidas del menor lleva otras diferentes.