La «crisis de los cayucos», principal preocupación de políticos, ONGS y agentes sociales de las Islas

En este sentido, el presidente del Cabildo de Tenerife, Ricardo Melchior, afirmó que si el Gobierno central y la UE hubiesen mostrado hace años «la misma sensibilidad que ahora, se hubiesen salvado miles de vidas», aunque expresó su satisfacción por que en estos momentos se den muestras de preocupación desde Madrid y Bruselas. El presidente del Cabildo dijo esperar que los últimos compromisos adquiridos en el Senado se cumplan por tratarse de un «drama tremendo que requiere el esfuerzo de todos, no sólo de canarios, españoles y europeos».

«Es una vergüenza»

El presidente regional del Partido Popular, José Manuel Soria, no estuvo de acuerdo con Melchior en los avances del Ejecutivo central en la gestión del problema y dijo que «es una vergüenza que todavía Rodríguez Zapatero no se haya dignado a recibir al presidente Adán Martín -la reunión está prevista para el martes próximo- cuando hay a veces que se reciben hasta mil inmigrantes en un día».

Soria añadió que no es acertado «apelar a órganos comunitarios como la Agencia Europea de Fronteras Exteriores y apelar a poner en Canarias una delegación, cuando sabemos que países como Alemania se han descolgado». En la misma línea, criticó que ahora se toque en la puerta de la UE «cuando lo que estamos viviendo es fruto de un proceso de regularización masiva realizado por el PSOE en contra de la política de inmigración de la UE».

Por su parte, representantes de Comisiones Obreras (CCOO) y de la Unión General de Trabajadores (UGT) en las Islas también aportaron ayer su visión de esta situación. La secretaria general de Comisiones, Delia Rodríguez, afirmó que los convenios de cooperación con los países africanos no pueden estar destinados exclusivamente a las repatriaciones, y opinó que la colaboración debe estar dirigida a lograr el desarrollo económico «real» para que el fenómeno sea entendido como un aspecto positivo. Mientras que desde UGT se valoró que el fenómeno se ha desbordado por no actuar en el momento adecuado y no haber puesto los medios para acoger a estas personas, cuando la situación actual «ya se veía venir».