Canarias celebra «La Rama», este año como fiesta de Humanidad

El festejo ya contaba con las distinciones de Fiestas Turísticas Nacionales y recientemente el de Bien de Interés Cultural. Sin embargo, el máximo reconocimiento mundial, supone una gran proyección para un municipio que va de cota cero a los a los 1.400 metros de altitud y que apuesta por un turismo verde y cultural.

La alcaldesa valora la amplia superficie ha sido declarada por la Unesco en la que destaca los poblados trogloditas de Visvique con una treintena de cuevas horadas en las piedra o las cinceladas en vertical en El Hornillo, dentro del barranco de Agaete.

Recuerda que hacia el oeste se impone el macizo de Tamadaba, el bosque sagrado que ocultó el templo sagrado de los canarios en Risco Caído. Más al oeste se extiende la mítica Tirma, el santuario al que en épocas de sequias o plagas peregrinaban los antiguos canarios para realizar el ritual de ofrendas a cargo del Faicán y las harimaguadas consistente en el vertido de manteca en cazoletas mientras alzaban las manos al cielo dando una grande gritería, según señalan los cronistas de la conquista.

Luego, bajaban a la costa agitando ramas y dando voces hasta llegar al mar golpeando las ramas contra el mar. Tras la conquista llegó la noche para la cultura de los aborígenes. Hacia finales del siglo XIX se intentaron su recuperación, pero no sería hasta la década de los 40 del siglo XX cuando la fiesta recupera con características modernas y festivas.

Del Rosario apostilla que La Rama es uno de los símbolos de identidad de la isla de Gran Canaria que desde el pasado 7 de julio también forma parte del Patrimonio de la Humanidad.