Hazte premium Hazte premium

Los secretos del paisaje de Gran Canaria pasto de las llamas

Mar de nubes en Tamabada Ľl. Sosa/Sabina

Aníbal Ramírez

Los antiguos canarios veneraban Tamadaba, que arde de forma implacable. Próximo a los santuarios de montaña de la Caldera de Tejeda, este imponente macizo asciende hasta 1.400 metros de altitud precipitándose al mar frente al estratovolcán del Teide. El biólogo Arnoldo Santos bautizó este impresionante paisaje como « La Catedral de la Naturaleza ».

Este Parque Natural mantiene las características del monte autóctono tan emblemático para los indígenas, así como importantes manifestaciones de los distintos pisos de vegetación como el cardonal-tabaibal, el bosque termófilo, comunidades rupícolas, pinares húmedos con presencia de sotobosque de laurisilva, además de pinares secos en las vertientes que caen sobre la cuenca de El Risco .

No se descarta la presencia de sabinar o dragos como aparece atestiguar la carismática sabina de la zona o la vieja referencia de dragos en Guayedra. La riqueza vegetal de este espacio es tal que registra 33 endemismos de Gran Canaria y 64 del Archipiélago, lo que supone el 20% de la flora endémica de Canarias y el 25% de la Isla. A su vez, la fauna es notable, destacando las aves y los reptiles.

Al oeste de Tamadaba, se ubica uno de los santuarios de los antiguos canarios reseñados en las crónicas de la Conquista de la Isla: Tirma. Un altar rupestre donde las harimaguadas hacían sus ofrendas alzando las manos al cielo dando una grande gritería en épocas de sequías y epidemias. Para los expertos se plantea que este topónimo no se refiera a un sitio muy local sino más como a un vasto espacio sagrado coincidente con el entorno la Caldera de Tejeda.

En el centro del macizo se ubica Guayedra, el empinado valle elegido por Fernando Guanarteme como obsequio de los Reyes Católicos tras la capitulación de la Isla a favor de la Corona de Castilla. La elección de este reserva a la que se podían acoger los indígenas ha generado controversia entre los expertos por no elegir un terreno con mejores condiciones orográficas y de residencia suscitándose una supuesta sacralidad de ese espacio.

En este ámbito se localizan importantes yacimientos de habitad doméstico, funerario y túmulos como son Majada Alta, El Roque y el singular El Risco de los Canarios. La zona fue excavada a finales del siglo XX por un equipo dirigido por Celso Martín de Guzmán. En la actuación se recuperaron pintaderas e ídolos, manifestaciones culturales de los antiguos canarios

Por último, hacia norte de Tamadaba, ya dentro del barranco de Agaete, se localiza el asentamiento troglodita de Vizbique. Cincelado con una treintena de cuevas horadadas en las alturas del camino a Barranco Hondo en donde se oculta templo astronómico a la sombra de su bosque sagrado. Como algunos han señalado, Tamadaba es algo más un espacio natural de gran diversidad biológica y geológica con una incomparable belleza paisajística que impresiona a quienes lo visitan , es , sobre todo, «un sentimiento, un deseo, una utopía que no solo es nuestro sino que pertenece a las generaciones futuras».

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación