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El acusado del crimen de Adeje plantea trastorno mental en un relato confuso: «Volaban piedras»

El acusado se enfrenta a la prisión permanente revisable por el doble asesinato de su mujer y su hijo mayor, así como intento de homicidio del menor

Recuerda «piedras volando» hacia él, que devolvía en un «pánico a la muerte» donde temió por su vida

Se ha declarado arrepentido y no ser consciente de lo ocurrido: «Lo viví como si fuese una película, solo quería que terminase la pesadilla»

El acusado de doble asesinato en una cueva en Adeje, Tenerife EFE/Ramón de la Rocha

Laura Bautista

El acusado del crimen de Adeje, Thomas Handrick , ha testificado ante el jurado que valora si es responsable de matar de forma violenta a su mujer y su hijo mayor (10 años) en una cueva en Adeje (Tenerife) así como el intento de homicidio de su hijo menor (8 años), que huyó del lugar tras presenciar los hechos.

Durante su declaración de cerca de dos horas, donde solo ha respondido a las preguntas de la Fiscalía y la defensa, ha asegurado recordar vagamente lo ocurrido asegurando que sufrió algún tipo de trastorno mental a causa de la fuerte medicación que toma para los dolores y ha planteado que fue su mujer la que comenzó con la agresión.

« No fui consciente de lo que pasó , solo pensaba que era una pesadilla , un sueño horrible y solo quería despertar». No ha confesado explícitamente la autoría de los hechos aunque se ha declarado arrepentido de lo que ocurrió. Ha subrayado que su familia «está destruida » y que se encontraba «muy bien» en compañía de sus hijos. «No podía haber imaginado unos niños mejores», ha apuntado entre lágrimas .

Tal y como ha relatado en su declaración recuerda « piedras volando » que él tomaba y devolvía ante un «pánico a la muerte» donde temió por su vida. Ha asegurado que «no quería herir a nadie» y que no recuerda una confrontación violenta en la cueva entre ellos aunque sí a su hijo mayor pidiéndole que parasen.

Su mujer, Silvia, «tenía los ojos verdosos y el rostro brillante, le faltaba la mitad de la cara, era horrible». Lanzó una piedra antes de caer desplomada. Su hijo mayor estaba tumbado en el suelo, lo zarandeó pero ya no se movía.

En el relato de los hechos, que tratan de reconstruir el fatídico día comenzó tras desayunar, cuando llevó a su familia a un camino rural a unos 10 kilómetros de su vivienda con el objetivo de pasar el día con su mujer y sus dos hijos y darles una sorpresa a los menores escondiendo regalos y huevos de pascua por el camino como es costumbre en Alemania. El camino no lo conocía previamente y lo ha definido como "peligroso" y exigente, por lo que tuvo que tomar más medicación de la habitual para continuar, porque los niños estaban " entusiasmados ".

El acusado, intervenido de la espalda, tomaba medicación para el dolor que «necesita para vivir», además de varios tipos de antidepresivos, que asegura haber tomado el día de los hechos en una dosis mayor, en abril de 2019. Tras caminar varios kilómetros, que no recuerda con exactitud, encontraron una cueva que le pareció un buen lugar para esconder los regalos y huevos de Pascua para sus hijos, y mientras él buscaba una entrada segura a la cueva escuchó un grito de su mujer y fue a auxiliarla. Según su declaración, tenía una herida en la cabeza que sangraba profusamente. «Me dijo que algo le había golpeado en la cabeza», afirma, ella le pidió llamar a emergencias y aunque lo intentó no pudo porque no hay cobertura en la zona.

De acuerdo a su relato de los hechos, cuando le dijo que no había cobertura para hacer la llamada la mujer empezó a hacer aspavientos. « Quieres que me desangre aquí », recuerda que le dijo. A raíz de los golpes cayó al suelo y «empezó a sentirse desorientado, con un zumbido y todo lo escuchaba lejano, como si estuviese ausente», ha relatado. Tras caer al suelo la víctima empezó a propinarle «patadas en la cabeza» y solo cuando cesaron pudo levantase.

Un confuso recuerdo de «piedras volando»

Cuando se levantó «todo el daba vueltas» y notó que «volaban piedras y cada vez más, y sintió pánico de muerte » por lo que tomó esas piedras y «las devolvió» sin recordar con detalle los hechos. Recuerda a su hijo mayor meterse en medio de ambos y gritarle «paren, paren».

Cuando las piedras cesaron, su mujer estaba en el suelo junto a su hijo mayor , él retrocedió en el camino buscando al menor al que encontró y con el que regresó a la cueva, vio a Silvia y su hijo mayor heridos de gravedad.

«Tenía los ojos verdosos y el rostro brillante, le faltaba la mitad de la cara, era horrible» y le lanzó una piedra con la que se desplomó. Su hijo mayor estaba tumbado en el suelo, lo zarandeó pero no se movía.

El acusado de doble asesinato durante el juicio oral EFE/Ramón de la Rocha

Los hechos están confusos en su cabeza, porque « estaba fuera de mí« , y no tenía noción del tiempo, que «iba muy rápido a la vez que sentía que pasaba una eternidad». Solo quería «dormir y que la pesadilla terminase» porque tenía la sensación de que «todo había sido un mal sueño».

Salió de la cueva desorientado y confuso , sin encontrar a su hijo menor en las inmediaciones. Caminó hasta su vivienda, a donde no recuerda como llegó, y se quitó la ropa ensangrentada y la tiró a un contenedor cercano. «Al verme sucio y ensangrentado me asusté» ya que asegura tener los hechos confusos. Los cadáveres fueron localizados en la cueva con aparentes signos de violencia, que presuntamente propinó con las manos y la ayuda de una piedra de la zona.

La policía le quita las esposas a Thomas Handrick durante el juicio EFE/Ramón de la Rocha

«Quería mucho a mi familia, nunca les haría daño»

Se arrepiente mucho de lo ocurrido, su vida está « destrozada », ha dicho. Lo que más le pesa es que Jacob «no volverá más«. Ha declarado que « nunca le haría daño a su familia » y visiblemente emocionado ha entrado en llanto al explicar que «quería mucho a sus hijos» porque «son los mejores niños que se puede tener».

Ha asegurado que no tiene antecedentes violentos y en la relación con su pareja no existió nunca problemas de violencia . Estaban en trámite de divorci o, aunque él había manifestado su interés en mantener la relación con la víctima aunque afirma que durante el periodo de separación el trato era bueno entre ambos.

La Fiscalía solicita para Handrick 51 años de cárcel, prisión permanente revisable y libertad vigilada durante 20 años por dos delitos de asesinato y la prisión permanente revisable y la prohibición de acercarse a su otro hijo a menos de 500 metros durante 10 años, más otros 10 años de libertad vigilada por un delito de asesinato en grado de tentativa.

Asimismo, solicita la privación de la patria potestad respecto a su hijo y una indemnización de 500.000 euros , de los que 300.000 euros se destinarán al representante legal del menor y 200.000 euros a los padres de la madre presuntamente asesinada.

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