La subida del IGIC bloquea el pacto turístico

No obstante, “la amenaza” o si se prefiere suavizar el termino, la advertencia, ha sido tal que, el propio viceconsejero de Turismo Ricardo Fernández de la Puente, reconoció que aún no han puesto fecha para la firma de dicho pacto, y mostró su entera predisposición para “profundizar un poco más en los puntos” que han generado el malestar de la patronal, por lo que el Ejecutivo canario deberá “evaluar” la pretensión del sector hotelero de que el sector turístico se quede al margen de dicha subida o al menos, como apunta el presidente de Ashotel, Jorge Marichal, que su implantación pueda aplazarse hasta abril de 2013, que es cuando termina el plazo de los diversos contratos ya realizados con los turoperadores.

Este hecho es importante porque no es una decisión o una petición unilateral, ya que incluso los representantes de las Cámaras de Comercio de las Islas, además de las patronales antes aludidas, hicieron este ruego al propio presidente Paulino Rivero, en la reunión del Consejo Canario de Turismo, que no lo olvidemos, constituye un importantísimo órgano asesor y consultivo del propio Ejecutivo canario. Este ruego de no incluir al sector turístico en el aumento del IGIC, está motivado por el temor que tienen dichos profesionales de que un aumento del citado impuesto traería consigo un retroceso en la competitividad de nuestra primera industria y haría disminuir el número de visitantes.

Lo que si constituye un hecho indiscutible es que este sector turístico es, prácticamente, el único que se ha fortalecido ante la crisis aguantando el tirón, e incluso ha contribuido a dar empleo neto a un sector fuertemente debilitado por la lacra del paro, por lo que no parece correcto ni apropiado que una subida de impuestos de al traste con unas políticas que caminan en una buena dirección. Por su parte, el gobierno canario quiere llevarse bien con el sector hotelero proponiéndoles un avance de sus principales líneas de actuación en materia turística y que van encaminadas a sustituir en cierto modo a la famosa moratoria turística vigente.

Entre los cambios que ofrecen se encuentra el hecho de dar luz verde a la construcción de nuevos hoteles y apartamentos de cinco estrellas sin que existan previamente condiciones ni cortapisas como viene sucediendo en la actualidad. De hecho, ya no tendrán que ser hoteles escuelas ni estar sujetos a convenios de empleo para poder ser autorizados por el gobierno; asimismo, se introduce algunas nuevas modalidades como son el condominio y las villas que pasarán a convertirse en un producto turístico.