La Audiencia Nacional da carpetazo al papel

Fuentes de este Tribunal informaron de que en el equipo de trabajo resulta fundamental la planificación. De ella se encargan tres funcionarios. Ellos fijan la carga de trabajo que van a realizar semanalmente. Se pacta la entrega de un determinado número de tomos en función de si son antiguos o nuevos (hay que tener en cuenta que los antiguos están en peor estado y su procesamiento es mucho más lento). Un coche custodiado policialmente traslada los tomos requeridos y el mismo coche los devuelve a su juzgado o sala de origen, una vez concluida la digitalización. Se procesan unos 200 tomos al día (200.000 páginas) y por ahora se está cumpliendo rigurosamente la hoja de ruta marcada, señalan esas fuentes.

Después de la fase de digitalización de los documentos (la más mecánica) llega la catalogación. Al frente de este equipo hay 50 licenciados en Derecho con experiencia en trámite procesal que se encargan de registrar ordenadamente todos los documentos ya convertidos en imágenes de ordenador. Este equipo de catalogación utiliza un manual con 120 denominaciones posibles para encasillar todos los folios obrantes en las causas abiertas. Un supervisor unifica criterios y resuelve las dudas, en coordinación con una secretaria judicial que actúa de enlace con el juzgado de origen de donde proviene cada tomo digitalizado.

Un aspecto importante de este proyecto piloto es la seguridad: hay cámaras de vigilancia y el papel no puede salir, bajo ningún concepto, de la oficina de digitalización. Existe un control absoluto del transporte, entrega y devolución de cada tomo. Los funcionarios pasan un control de seguridad y no puede acceder a la oficina ninguna persona ajena al equipo de trabajo. Todos los folios digitalizados y todos los tomos se someten a un control de calidad que acredita que no han sido manipulados y que no se ha añadido ni eliminado ningún documento.