ERC y Bildu no vetan los Presupuestos y el PNV arranca la renovación del cupo vasco hasta 2026

ERC, el grupo que más difícil se lo estaba poniendo al Ejecutivo al exigir la eliminación del delito de sedición, ha justificado su posición para dar «margen» a los socialistas y contribuir a «generar las condiciones que permitan mantener abiertas las negociaciones que están en marcha, plenamente conscientes del contexto grave de crisis económica y social que tenemos que atender».

Los republicanos no hacen mención a la reforma de la sedición ni a la desjudicialización pero exigen a los socialistas que «contribuyan a generar las condiciones de confianza necesarias para mantener vivas las negociaciones» para poder llegar a acuerdos porque dicen estar «muy lejos de poder aprobar las cuentas». Entre las reclamaciones que sí señalan se encuentran la introducción de «medidas estructurales exigentes, en materia de vivienda, cambio de modelo energético, una adecuada financiación autonómica y local y reformas fiscales para paliar la situación de emergencia social».

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Los republicanos añaden a la lista el cumplimiento de las inversiones en infraestructuras en Cataluña «cuya ejecución ha sido manifiestamente insuficiente» así como el establecimiento de «mecanismos de cumplimiento de las inversiones presupuestadas».

Bildu, por su parte, tampoco concreta si ha obtenido alguna cesión del Gobierno a cambio de no presentar la enmienda a la totalidad. En la misma línea que ERC, el grupo que coordina Arnaldo Otegi se limita a señalar que ha optado por allanar el camino a las nuevas cuentas «con el ánimo de seguir negociando en favor de la ciudadanía vasca».

Sus reclamaciones públicas se concretan en medidas «que respondan a las necesidades sociales y económicas que la ciudadanía vasca comparte y traslada. Medidas sociales que hagan avanzar y mejorar las condiciones de vida de la mayoría social y trabajadora». Entre ellas podrían incluirse el endurecimiento de la nueva ley de vivienda de cara a los propietarios o la conversión de los nuevos impuestos a la banca y a las energéticas en definitivos.

Sobre el estado de las negociaciones, Bildu solo señala que «avanzan» y que su aspiración es «intentar alcanzar un acuerdo sobre las primeras cuestiones» que ha puesto encima de la mesa y «establecer unas bases suficientes para poder continuar con la negociación presupuestaria hasta su estadio final». Tras subrayar que las conversaciones «se han intensificado en las últimas horas», el grupo que coordina Arnaldo Otegi advierte que el Gobierno «no debe olvidar en ningún momento» que «debe ganarse» sus votos para poder aprobar las nuevas cuentas.

«EH Bildu no tiene ningún compromiso ni responsabilidad con este Gobierno, sino con la ciudadanía vasca y por extensión y solidaridad con las clases trabajadoras del Estado y los pueblos que lo componen», recalca, en una nota repartida a los medios casi al mismo tiempo que ERC. Ninguno de los dos grupos ha querido comparecer ante la prensa para explicar su posición y responder a las preguntas.

En esa línea de advertir al Gobierno que aún le queda mucho por negociar y por ceder para aprobar definitivamente las cuentas, Bildu deja en el aire su voto en el debate de totalidad que se celebrará el próximo jueves en el Congreso asegurando que aún no lo ha definido. «El Gobierno no debe dar por hecho ningún escenario, todas las opciones siguen hoy abiertas», ha avisado, asegurando que utilizará «la máxima exigencia» para «satisfacer las demandas de la ciudadanía».

No obstante, el nuevo proyecto no necesita el 'sí' de todos los socios del Gobierno y además las enmiendas a la totalidad se votan en bloque por lo que el grupo de Otegi tendría que brindar su votos a los partidos que han presentado enmienda a la totalidad para tumbar las cuentas: PP, Vox o Ciudadanos. Nada hace pensar que ese será el necesario. Bildu despide su comunicado con otro recado para el Ejecutivo de Pedro Sánchez: «Debe ser consciente de que las fuerzas soberanistas de izquierda que componen la mayoría plurinacional y progresista son imprescindibles si el Gobierno quiere llevar a buen puerto los PGE de 2023. No hay alternativa posible que no pase por la concurrencia de los y las soberanistas e independentistas vascos y catalanes».

El Partido Nacionalista Vasco (PNV) ha tomado la decisión cuando faltaban pocos minutos para que expirara el plazo para presentar una enmienda a la totalidad. Aitor Esteban ha confesado a los periodistas que se han acercado hasta la sede del PNV en Bilbao, que las negociaciones habían finalizado pasadas las 13:30 de este viernes. El no veto de los nacionalistas vascos ha llegado después de alcanzar un acuerdo para renovar la ley del Cupo.

En los presupuestos que presentó la Ministra de Hacienda hace dos semanas, el Ejecutivo había optado por prorrogar la ley el cupo que había expirado en diciembre de 2021. «La hicimos con Montoro», ha recordado Esteban en la rueda de prensa.

El acuerdo anunciado este viernes permitirá renovar esa ley para un nuevo quinquenio. Es decir, se aplicará para el periodo 2021-2026. «Estábamos entrando en un punto de inseguridad jurídica», ha lamentado Esteban. Según ha explicado, la norma se renovará aplicando los mismos criterios y los mismos términos que los recogidos en el texto que se ha aplicado en los últimos cinco años. En la práctica, implica que gobierne quien gobierne en Madrid habrá paz fiscal en lo que se refiere al cupo vasco. La previsión del PNV es que la comisión mixta del concierto se reúna en menos de un mes. «Es importante porque asegura políticas de calidad para Euskadi», ha añadido.

Tanto el PNV como el Gobierno vasco se han esforzado en los últimos días en diferenciar la negociación presupuestaria del calendario de transferencias. Sin embargo, este viernes Aitor Esteban no ha tenido más remedio que admitir que también ha sido decisivo un gesto del Gobierno de Sánchez acerca de los traspasos pendientes.

Ha explicado que existe un pacto muy avanzado, aunque aún queden «algunos flecos». Esteban se refería, aunque sin nombrarlo, al traspaso de la gestión de los trenes de cercanías. En su comparecencia ha explicado que ha habido un «movimiento significativo» por parte del Gobierno que le permite ser «moderadamente optimista».

Por último, también se ha referido a un acuerdo para revisar la gestión de dos de las principales cuencas de Vizcaya, la del Nervión y la del Ibaizabal. Hasta ahora el Gobierno se ocupaba de su gestión por considerar que la mayoría de esta agua se vertía al río Ebro. Sin embargo, el PNV asegura que tiene informes que demuestran lo contrario. Esteban ha explicado que existe un compromiso del Gobierno central para estudiar estos informes y acordar, en caso de que proceda, un traspaso de la gestión.

En las últimas horas también se ha especulado con la posibilidad de que la cesión del nuevo impuesto a los ricos pudiera ser una de las contrapartidas para no vetar los presupuestos. Preguntado al respecto, Aitor Esteban ha negado que esa nueva figura fiscal formara parte de la negociación. Ha explicado que el traspaso de ese impuesto «ya está hablado» con el Gobierno y que no existe más opción que transferirlo porque «así lo mandata la ley del concierto». Asegura que tiene además el compromiso de la ministra de convocar la comisión mixta cuando se apruebe el nuevo tributo.

El plazo de enmiendas a la totalidad ha concluido al mediodía de este viernes habiéndose presentado un total de siete. A las tres impulsadas por el bloque conservador liberal (PP, Vox y Ciudadanos) se han unido las de Junts y CUP por parte del Grupo Plural, así como las de Foro Asturias y los diputados Sayas López y García Adanero (antes pertenecientes a Navarra Suma) desde el Grupo Mixto.