La bandera de España vuelve a ondear en la embajada de Siria, trece años después

El izado ha tenido lugar a las 9:35 horas en la azotea del edificio de la embajada y en un contexto de esperanza para el pueblo sirio: si el 6 de marzo de 2012 España decidió suspender las actividades de representación diplomática en señal de protesta por las matanzas de Bashar Al Assad, ahora el Gobierno ha escenificado de esta forma su acercamiento a las nuevas autoridades del país, que encabeza Ahmed al Shara, el líder del grupo yihadista Hayas Tahrir al Sham (HTS), que derrocó a Al Assad el pasado 8 de diciembre.

El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, ha presidido este acto en la embajada y en presencia del nuevo encargado de Negocios, Francisco Javier Puga Llopis, y el nuevo enviado especial a Siria, Antonio González-Zavala, a quien el Consejo de Ministros nombró el pasado 23 de diciembre para establecer contacto con las nuevas autoridades en Damasco.

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Que España tenga de nuevo un interlocutor con el Gobierno sirio y que haya vuelto a izar su bandera en la jefatura de misión, son dos gestos diplomáticos de cara a Siria que se enmarcan como precedentes en un momento en el que la UE se abre a levantar las sanciones a Siria si el nuevo régimen de Ahmed al Shara cumple con una serie de líneas rojas, como respetar a las minorías que forman parte del país y a las mujeres.

Desde que se arrió la bandera en 2012, tras la salida del embajador Julio Albi de la Cuesta, que fue llamado a consultas por José Manuel García-Margallo, que era entonces ministro de Asuntos Exteriores, España no ha vuelto a tener un jefe de misión en Siria. La jefatura de misión, aún así, ha seguido abierta, pero sin contacto con las autoridades del país.

El himno de España ha sonado en la calle de Damasco donde se encuentra la embajada durante el izado de la bandera. Los vecinos han contemplado la escena con cierta incredulidad y esperanza. Como Kalim Hiami, nacido en la capital siria y con nacionalidad española. Ha perdido dos hermanos durante la guerra y se alegra de que su madre no llegase a ver su país destruído y sumido en la más absoluta pobreza.

«Me alegro de estar aquí porque históricamente siempre ha habido buenas relaciones entre España y Siria y nunca tuvimos ningún problema hasta la llegada de Al Assad», ha explicado a la puerta de la embajada. «Estoy orgulloso de ver la bandera de nuevo en la embajada. Ahora hay esperanza con el nuevo régimen. En Europa nadie se puede salir del camino de las leyes y aquí tiene que pasar lo mismo, tenemos que vivir conforme a las leyes. Todos somos iguales y tenemos que trabajar por la paz y la democracia», ha añadido.

A Kalim le cuesta hacer un repaso a lo que han sido estos trece años de guerra: «Han sido muy duros. En la guerra todo el mundo pierde. La víctima es el pueblo. Los que han muerto, han muerto, pero nos queda el aprendizaje». Después de todo lo vivido, ahora a Siria solo le queda seguir adelante y recuperar el tiempo perdido: «Aquí hay gente sin cultura y que no conoce cómo era este país antes de la guerra. Los mayores tenemos esa responsabilidad para con los jóvenes. Antes el camino hacia el futuro era oscuro y lo hemos pagado caro. Ahora todo tiene que cambiar y los niños, que solo han vivido en guerra, tienen que empezar a recibir educación, ir a la escuela y avanzar hacia la paz».