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Armengol dice estar «hipertranquila» y se parapeta en el discurso oficial de Sánchez: «Me repugna la corrupción«

La presidenta del Congreso evita dar explicaciones sobre la trama criminal que salpica a la gestión de su anterior gobierno en Baleares y no aclara su reunión con Aldama

La presidenta del Congreso, Francina Armengol. E. P.
Mayte Amorós

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Francina Armengol ha hablado forzada por la creciente presión pública y mediática para expresar que está «hipertranquila» ante los casos de corrupción que salpican a su partido, y afirma que no le preocupa la auditoría que el Gobierno balear de Marga Prohens (PP) pondrá en marcha para tratar de aclarar si la trama corrupta de Koldo cerró contratos bajo el mandato socialista: «No hay corrupción ni nada de eso», ha zanjado.

La presidenta del Congreso de los Diputados y secretaria general del PSIB-PSOE ha roto este viernes su silencio sobre la crisis que sacude al PSOE, pero ha evitado hacer alusión directa a los contratos que, durante su etapa al frente del Gobierno regional, el Ejecutivo del Pacto de izquierdas que lideró pudo haber suscrito con empresas actualmente bajo investigación por la Unidad Central Operativa (UCO).

Tampoco ha aclarado los detalles sobre la reunión celebrada en la sede del Gobierno autonómico en la que participó Víctor de Aldama, cuando ella aún era presidenta de Baleares. Aunque el empresario no figura en ningún encuentro público con líder socialista, su equipo sí ha reconocido que coincidieron durante una visita a Palma en la que De Aldama formaba parte de una comitiva de Globalia.

En sus breves declaraciones a los medios durante un acto en Palma, Armengol repitió el discurso ya habitual en las filas socialistas: repulsa, indignación y rechazo. «Me repugna, me indigna, me entristece», dijo en referencia a la presunta trama que salpica a figuras tan relevantes como el exsecretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán o el exministro José Luis Ábalos y Koldo García, con quienes llegó a cruzar mensajes personales. Sin embargo, evitó entrar en los detalles que comprometen directamente su papel, especialmente su relación con Aldama y los posibles contratos firmados durante su mandato como presidenta balear.

A pesar de la gravedad de las acusaciones que sobrevuelan su entorno, Armengol aseguró sentirse «hipertranquila» ante la auditoría encargada por el actual gobierno regional de Marga Prohens. «Estoy encantada de que se revise todo lo que se tenga que revisar. No tengo absolutamente nada que esconder», declaró en un tono triunfalista que contrasta con su reticencia inicial a dar explicaciones y con el silencio mantenido durante días.

"He dado mil explicaciones"

«He dado mil explicaciones», insistió, pese a que había eludido pronunciarse sobre cuestiones clave, como su encuentro con Aldama o las comunicaciones con los implicados en la trama. El giro defensivo llega cuando la presión política ya ha calado tanto en el PSOE balear como en la dirección nacional.

Armengol recurrió a declaraciones genéricas sobre su compromiso contra la corrupción y su trayectoria política. «Estoy en política para luchar contra esto, dentro de mi casa y fuera, y así lo he hecho siempre», afirma en declaraciones recogidas por Europa Press, sin aportar pruebas ni aclaraciones sobre su conocimiento previo de las actividades de los hoy investigados.

Las afirmaciones de repulsa hacia los audios machistas vinculados a la trama -«me repugna cómo hablan de mujeres»- completaron un discurso más centrado en lavar su imagen que en esclarecer su papel.

Caso mascarillas

Mientras el PSOE intenta contener la crisis con una estrategia de distanciamiento de los implicados, el caso sigue avanzando. La tardía y limitada reacción de Armengol no disipa las sospechas sobre hasta dónde llegan sus vínculos con una red de corrupción que golpea de lleno al corazón del partido.

Cabe recordar que la presunta trama de corrupción conocida como 'caso Mascarillas' salpicó directamente a Baleares bajo el mandato de Armengol. Su gobierno compró 3,7 millones de euros en mascarillas fraudulentas que nunca fueron utilizadas y que no se correspondieron a los estándares de calidad.

Las sospechas se extienden a otros contratos con empresas vinculadas a la trama criminal. Como reveló ABC, en febrero de 2022, durante el mandato de Francina Armengol, la constructora Levantina, Ingeniería y Construcción -vinculada a la trama Koldo- fue adjudicataria de un contrato de 9 millones de euros por parte del Gobierno balear para construir un hospital de larga estancia en el antiguo centro de Son Dureta, en Palma.

El contrato fue gestionado a través del Consorcio de Servicios Sociosanitarios y Asistenciales de Baleares, financiado con fondos europeos. A pesar de presentar inicialmente documentación incompleta, Levantina recibió un plazo adicional para subsanar el expediente, lo que le permitió imponerse a otras ofertas como las de OHL, Tecopsa y una UTE entre Aitana y Alcudia.

Ese mismo mes, la empresa también ganó otro contrato público en Baleares: la rehabilitación del Pont de Sa Barraquera, adjudicada por 77.222 euros a través de los Servicios Ferroviarios de Mallorca. En total, Levantina acumuló al menos cinco contratos con distintas administraciones públicas del archipiélago. Estos hechos se producen en el contexto de la investigación sobre la trama Koldo, en la que se indaga si parte del beneficio obtenido en contratos públicos fue desviado a operaciones opacas, incluyendo la compra de terrenos en Galicia.

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