Atrincherados contra Belarra pero con café y tortilla de los militantes

Entre tortillas, termos de café y mantas, que les acercan militantes y conocidos, Tomé atiende a ABC por teléfono. «Estaremos aquí hasta que la situación se desenquiste», asegura. La llamada anterior la hizo a su madre, para que esté «tranquila». «Todo bien».

Antes de ayer improvisaron el encierro después de una reunión fallida con el coordinador interino autonómico, Rafael Palacios, que asumió la dirección ante la baja médica de la líder asturiana y afín a Belarra, Sofía Castañón. «En el momento de hablar sobre la candidatura insistieron en que no respetaban al número cuatro, Jorge Fernández, la cuarta persona más votada en las primarias. También pedimos que se solucionen los informes de sanción, entre ellos el mío; yo no puedo ser cabeza de lista y tener un proceso de sanción sin solucionar. Fueron inflexibles y dijeron que no los cerrarían ni aceptaban a Jorge. Y se fueron. Sobre la marcha dijimos que la forma de reivindicar que esto se solucione era encerrarnos», explica.

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Tomé cuenta que en el mismo momento en el que en noviembre ganaron las primarias contra Alba González, candidata oficialista, «empezó un proceso de sanciones y de invisibilización». La propia candidata de Podemos Asturias al 28M no ha sido invitada a ningún acto oficial del partido ni a nivel regional ni nacional para darle apoyo.

«Quien ejecuta esa invisibilización es la dirección autonómica, pero lo hace con conocimiento de la dirección estatal», denuncia. Y a Belarra le reprocha que pida primarias a Yolanda Díaz en Sumar mientras no están respetando la decisión de las bases en Asturias. «La militancia votó con un apoyo del 60 por ciento nuestra candidatura, ya se pronunciaron, quieren que la candidatura que votaron es la que llegue al 28 de mayo», defiende.

Tomé se impuso a González en las elecciones primarias por 1.565 votos frente a 1.150. Fue la única candidatura alternativa que ganó en un proceso lleno de afines a la cúpula: de doce candidatos, siete no tenían rival. Dice que ahí empezó a estar investigada. «Es muy feo y doloroso que esto venga del mismo partido por el que me estoy partiendo la cara y quiero representar en las elecciones, y por el que me estoy callando tantas cosas para ir en positivo y seguir construyendo», asegura.

El 29 de marzo, la candidata asturiana y otros compañeros críticos recibieron un correo electrónico con un «preinforme de expediente» del llamado Comité de Seguridad y Salud por un presunto «acoso laboral», al que este diario tuvo acceso. En el documento se consideran hechos probados «un claro patrón de agresividad», «faltas de respeto» y «expresiones clasistas y actitud intimidatoria».

Fue la primera vez que Tomé dio un golpe en la mesa y denunció en Twitter «una advertencia de expulsión». Fuentes cercanas a Belarra acusaron a Tomé de «mentir» y justificaron que se trata de «un órgano que es independiente de la dirección de Podemos» y que «no tiene capacidad de expulsarla». Pero Tomé explica que lo denunció en público de forma «preventiva» porque ya había visto antes cómo expulsaban a una compañera en 2018 mediante un proceso similar.

«Rosana Alonso, candidata en Cantabria, recibió un informe igual que este, y se resolvió con otro informe negativo sobre ella que se elevó al Comité de Garantías Democráticas, que la expulsó. Quiero decir que cuando esto ya ha pasado, tú estas sobre alerta», advierte la candidata asturiana. Su equipo también teme que la terminen apartando. Ayer Belarra fue preguntada por la prensa y le pidió a Tomé que se centrara en hacer campaña electoral.