Atentado en Algeciras: qué se sabe sobre el ataque a dos iglesias que «pudo ser una masacre»

Inmediatamente después, el atacante salió corriendo hacia la Iglesia de Nuestra Señora de la Palma, a unos 300 metros, donde se enfrentó al sacristán, Diego Valencia, al que le asestó dos machetazos, el segundo de ellos en la cabeza y que le costó la vida. Según el auto de registro de la casa, mientras le daba el golpe mortal gritó «Alá es grande».

Tras este ataque, intentó continuar su noche de terror dirigiéndose a la parte trasera de la capilla de la Virgen de Europa, a unos 60 metros de Nuestra Señora de la Palma, donde fue arrestado por la Policía Local. Según varios testigos, antes de emprender el ataque estuvo increpando a los fieles una hora antes de que perpetrara los hechos para exigirles que se convirtieran al islam.

El atacante fue visto merodeando por la zona instantes antes con el machete en la mano. De hecho, en un vídeo grabado en la zona, se le ve andando apaciblemente mientras estaba pensando cómo entrar en las iglesias.

Una vez identificado el atacante, los agentes de la Brigada de Información de Sevilla y de la Comisaría General, se pusieron a rastrear el origen y posibles motivaciones del atacante. Sus compañeros de piso apuntaban a que en los últimos tiempos se había radicalizado. La Comunidad musulmana difundió un comunicado para condenar el ataque, así como la Conferencia Episcopal y la Casa Salesiana de Algeciras, que agradecieron el apoyo recibido y recordaron que estos hechos «no pueden tener lugar en la sociedad en la que vivimos».

Yazine Kanza, llevaba poco tiempo en Algeciras, donde llegó el pasado verano. Nacido en Marruecos hace 25 años, el 6 de octubre de 1997, ya llevaba días en el radar de la policía por comportamiento sospechoso, pero no se le había colocado una alerta encima específica.

Al no tener antecedentes, no habían tomado mayores medidas, si bien pesaba sobre él una orden de expulsión del país desde el mes de junio por encontrarse en España en situación irregular, según han informado fuentes de la lucha antiterrorista.

Desde que llegó a Algeciras, que se encuentra a unos 100 kilómetros al noroeste de Cádiz, se instaló en un piso okupado junto a otros compatriotas marroquíes. Las autoridades han confirmado que frecuentaba una mezquita cercana a su vivienda, donde pudo establecer contacto con personas que promovieron su radicalización. Además, fue diagnosticado con problemas psiquiátricos en Tánger.

La noche fue muy dura en Algeciras. Los primeros fueron los propios feligreses, que notablemente asustados admitían que podía haber sido «una masacre». «Ha entrado en ambos templos y en, al menos uno de ellos, ha proferido gritos en árabe», afirmaba uno de los testigos a ABC.

«Dentro había escuchando misa una docena de personas, todas son mayores. Podría haber sido una masacre. Aquí hemos tenido suerte. Eran personas de 80 años. Los podía haber matado a todos», señaló uno de los feligreses que estaban en la Parroquia de San Isidro durante el ataque.

La motivación religiosa es clara, por las frases que se le escuchó al atacante. En una de las iglesias entró gritando «que Alá es grande y que esta religión no valía», en otra directamente profirió amenazas de «muerte a los cristianos», explican varias personas presentes.

Mientras las investigaciones continúan, el alcalde de Algeciras ha decretado luto oficial. Además, el Juzgado Central de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional ha iniciado las pesquisas bajo la premisa de que este incidente es un nuevo caso de terrorismo.

Los investigadores de la Policía han hallado unos pendrives con contenido yihadista en el registro de la vivienda del detenid, a quien se relaciona con el salafismo yihadista, según ha avanzado 'El País' y han confirmado a Europa Press fuentes conocedoras del caso.

Fuentes de la lucha antiterrorista han explicado a Europa Press que en el registro de la vivienda se han encontrado unos pendrives que son objeto de análisis policial y que apuntarían a una reciente radicalización del arrestado por asesinar a un sacristán y herir a varias personas, entre ellas un sacerdote.

Se trata de contenido yihadista muy básico, según apuntan las citadas fuentes. Los investigadores también tienen constancia de que el detenido, un marroquí de 25 años, tiene antecedentes por problemas psiquiátricos en su país.

Desde los primeros minutos después de confirmarse el ataque, las reacciones desde el mundo de la política no se hicieron esperar. Pedro Sánchez, como presidente del Gobierno, emitió un mensaje de dolor y solidaridad hacia las víctimas, además de mostrar su apoyo a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. El próximo 1 de febrero tiene que viajar a Rabat, donde se va a producir una cumbre de alto nivel con el gobierno de Marruecos, país de origen del atacante.

También Alberto Núñez-Feijoo, en nombre del Partido Popular, se han mostrados «consternados» y han enviado el «pésame a la familia del sacristán fallecido» y sus «deseos de pronta recuperación a los heridos».