La «asombrosa conversación masculina» de Gorbachov, Bush, González y Juan Carlos I

El Rey de España le trasladó información reservada de EE.UU. durante una cena en Madrid

Bush, Juan Carlos I, Gorbachov y González, en 1991. ABC

Mijaíl Gorbachov, fallecido este martes a los 91 años, visitó España en varias ocasiones, tanto durante su tiempo al frente de la URSS (1985-1991) como posteriormente, y cultivó una buena relación con el Rey Juan Carlos y con el entonces presidente del ... Gobierno, Felipe González. Su biógrafo, William Taubman, relata su viaje oficial de 1990 por nuestro país como uno de los más placenteros que realizó junto a su esposa, Raisa Gorbachov: «Hubo multitudes aclamándolo, forjaron nuevas amistades con la familia real (Gorbachov respetaba mucho al Rey Juan Carlos por su papel en el restablecimiento de la democracia tras la muerte del dictador Francisco Franco) y mantuvieron largas discusiones con el presidente socialista Felipe González». El matrimonio Gorbachov, relata Taubman, vivía en aquel año 90 un momento de especial decepción por el hecho de que «sus esperanzas de una transición rápida a una economía de mercado se vieran defraudadas».

El propio líder soviético, tras abandonar el poder en diciembre de 1991, remitió una carta a González, que consta en el archivo personal del expresidente español, en la que en tono afectuoso le dijo: «No dejaré de guardar los recuerdos calurosos de nuestros encuentros, del ambiente amistoso, de la atmósfera sincera y abierta del diálogo que me enriqueció mucho en lo intelectual y en lo espiritual».

Entre esos encuentros, destacó uno de apenas semanas antes, en el contexto de la conferencia de paz para Oriente Próximo que albergo nuestro país, y que tuvo lugar en el Palacio Real de Madrid. Allí se congregaron, entre el 30 de octubre y el 1 de noviembre de ese 1991, una delegación de Israel y otra jordano-palestina, encabezada por el histórico líder de la OLP, Yasser Arafat. La cumbre no tuvo un gran éxito, pese a que su mera celebración suponía un cierto triunfo de Moscú, al lograr reivindicarse ante Washington como un actor relevante en la zona.

Pero Gorbachov tenía preocupaciones de política doméstica mucho más importantes, como se vería a la postre, y en Madrid recibió noticias nada alentadoras. Con el fallido golpe de Estado de agosto reciente, el líder soviético fue informado de que el 'ruido de sables' en su contra estaba lejos de haberse apagado. Fue en el transcurso de una cena a cuatro con el Rey Juan Carlos, con el presidente de EE.UU. George Bush y con el propio González cuando fue consciente de las inquietantes informaciones que manejaban los servicios de inteligencia norteamericanos. Pero no se enteró por boca de Bush, sino por parte del monarca, en lo que Gorbachov definió como una «conversación asombrosamente abierta» y «masculina».

González, en una entrevista en 'El Mundo' publicada en 2021, lo contó con más detalle. El jefe del Ejecutivo fue informado por Bush –con el que había trabado una buena relación gracias al apoyo español a las fuerzas norteamericanas que hicieron la primera guerra de Irak– de que esa iba a ser la «última cumbre» en la que coincidieran los entonces mandatarios de las dos grandes potencias. «Según sus servicios de inteligencia, más pronto que tarde, más en semanas que en meses, Gorbachov va ser obligado a renunciar y será expulsado del poder. Me asegura que él [Bush] no puede trasladar esa información a Gorbachov. Entonces yo le pregunto si yo puedo hacerlo y él me autoriza», relata González.

A partir de ahí, se desarrolla en el Palacio de Oriente una escena casi de película tragicómica. El Rey improvisa una cena a cuatro que no estaba prevista en el programa inicial de la cumbre, y ante la Reina Sofía culpa a González, en un ambiente distendido, de haber querido hacer una sobremesa exclusivamente entre hombres. Ya sentados en la mesa, don Juan Carlos palmea amistosamente la rodilla de Gorbachov y, en lo que González describe como una «expresión intraducible», le viene a decir que 'parece que te están segando la hierba bajo los pies'. La coloquialidad empleada y el ambiente reservado hicieron el resto para que los cuatro pudieran tener un diálogo en profundidad sobre lo que estaba ocurriendo en la URSS.

El propio Bush le confesaría después al presidente español que nunca había vivido una situación tan peculiar. En la citada carta de Gorbachov a González nada más salir del poder, esas mismas navidades, el ya ex líder soviético le confesó que «la situación creada predestinó el cese en mi cargo de presidente».

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