Arrimadas llamó a Abascal para consensuar su posición sobre la moción de censura

Ya el viernes pasado, el día que PSOE y Unidas Podemos registraron su proposición de ley para derogar el delito de sedición -y en la que ahora abren la puerta a rebajar el de malversación-, Arrimadas instó al PP a registrar una moción de censura contra el presidente del Gobierno. Este miércoles, en la radio, la presidenta de Cs ha insistido en que convendría hacerlo tanto para dilatar la aprobación de la reforma del Código Penal como para que los planes de Sánchez tengan «repercusión» incluso «internacional».

Según fuentes del entorno de Arrimadas consultadas por ABC, la llamada se produjo la tarde-noche del lunes. Aunque estas fuentes subrayan que la mayor parte del contenido de la conversación no se desvelará por ser privada, sí señalan dos cosas: la coincidencia en que debe ser Núñez Feijóo quien registre la moción de censura -cosa que ha dicho la propia Arrimadas en la Cope- y en que la estrategia del PP de apelar a los barones socialistas para que intenten frenar la cesión al independentismo es errónea.

Abascal, este lunes, también pidió a los populares que asuman su «responsabilidad» y lideren una moción de censura contra Sánchez. El líder de Vox recordó que su partido ya registró una en octubre del 2020 que fue rechazada por todo el Congreso y, aunque no descarta presentar otra, insiste estos días en que es el PP quien debe mover ficha. Él, a diferencia de Arrimadas, ha hablado de «un candidato de consenso», aunque tampoco ha vetado la posibilidad de que esa figura sea el propio Núñez Feijóo.

Arrimadas ha insistido este miércoles en que el jefe del Ejecutivo pretende aprobar «rápido», antes de Navidad, la derogación de la sedición -de la que se verían beneficiados los socios de Sánchez implicados en el 'procés'- para utilizar después las reuniones del Consejo de Ministros como una reedición de los 'viernes sociales' y aprobar así medidas de aquí a las elecciones municipales y autonómicas del mes de mayo.

Con una moción de censura, subraya ella una y otra vez, se evitaría que esta reforma pase desapercibida. Primero, se retrasaría algo su aprobación porque la tramitación de una moción de censura es prioritaria; y segundo, se le daría mucha más «repercusión» tanto interna como externamente, más si cabe si es el líder de la oposición quien presenta la moción -Cs, que por sí solo no llega a 35 diputados, no puede registrarla-.

La conversación entre Arrimadas y Abascal es fiel reflejo de la relación «cordial» que ambos mantienen, a pesar de la distancia ideológica que los separa. De hecho, como publica este miércoles este periódico, Cs estaría dispuesto a respaldar una moción de censura liderada por Núñez Feijóo o por «un candidato de consenso», pero no por nadie de Vox. Los liberales ya votaron en contra de la que presentó Abascal en 2020, pero Arrimadas ha subrayado hoy que el líder derechista le agradeció el «exquisito» trato, al contrario de lo que sucedió con Pablo Casado, más cercano a sus ideas.

Pese a la presión de Vox y Cs, el PP no parece dispuesto a registrar una moción de censura e insiste en que no dan los números para que prospere. Los partidos situados inmediatamente a su derecha y a su izquierda, respectivamente, intentan convencer al líder de la oposición de que la iniciativa sería útil aun sin salir adelante para denunciar la postura de un presidente que llegó al poder prometiendo un cambio en el Código Penal, precisamente, en el sentido opuesto al que hoy defiende.