Nueva reunión hoy tras la primera jornada de huelga en la sanidad aragonesa, cuyo seguimiento fue del 25% para el Ejecutivo y del 95% para los sindicatos

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Según los datos oficiales recogidos a partir de las hojas de firma de los trabajadores sanitarios, de los 3.088 profesionales a los que este lunes les correspondía desempeñar su labor, han secundado el paro 670, ninguno de ellos pertenecientes al turno de noche. El grueso de la protesta se ha concentrado en Zaragoza.

Datos que para la gerente del Servicio Aragonés del Salud, Ana Castillo, «son una realidad» que refleja un seguimiento «desigual». Castilla aseguró ayer que Sanidad mantiene «el mismo talante, siempre conciliador y negociador» porque quieren «mejorar la asistencia sanitaria de los aragoneses y que los profesionales de Aragón que tenemos, que son muy buenos profesionales, lleven a cabo su labor profesional también, con atención continuada, que la atención primaria es un completo», ha remarcado.

Los sindicatos convocantes hablan de un seguimiento masivo que en Zaragoza urbana supera el 95%. «Todos sabíamos que este llamamiento a la huelga en principio era para los centros de Zaragoza urbana, que es donde en una primera fase incide el decretazo. En el medio rural, la protesta vendrá en un segundo tiempo, pero todavía, a lo mejor, las compañeras y compañeros no ven el problema tan cercano«, relativizó desde CESMAragón, Mercedes Ortín, presente en la concentración de protesta frente a la sede de la Consejería de Sanidad del Gobierno de Aragón.

Allí se han hecho oír con silbatos, sirenas y cánticos como '¡Bancalero baja ya a negociar!', 'Bancalero, dimisión' y 'No al decretazo', además de cantar una versión del 'Bamboleo' de Los Gipsy Kings dedicada al consejero de Sanidad, José Luis Bancalero.

Por su parte, la gerente del Salud, Ana Castillo, defendió que la reforma afronta la mejora de la AP y la atención continuada «para resolver un problema que se venía arrastrando desde hace años y que los propios profesionales y la propia sociedad nos estaba demandando».

En ese sentido, Castillo dejó constancia de la «escasez» de profesionales y la «cada vez mayor demanda» por parte de la población de un servicio «cuyo mayor problema está en Zaragoza»: «Tenemos mayor número de población y más envejecida, presentan más patologías y acuden más. Nosotros hemos considerado que la población y los profesionales tenían razón y que era ya el momento de empezar a trabajar para mejorarlo».

Hoy, Sanidad y el comité de huelga tienen previsto volver a reunirse en el cuarto encuentro con «voluntad de diálogo» y «ánimo constructivo», según trasladan ambas partes que, curiosamente, han reiterado su voluntad de haber seguido negociando durante el fin de semana, aunque no se ha producido ningún contacto.

Ambas partes confían en llegar finalmente a un acuerdo y reconocen que la semana pasada lograron avances en la negociación, aunque mantienen el pacto de no dar a conocer en qué puntos han superado las fricciones. Como punto de partida, Sanidad descarta retirar a retirada del decreto, punto que reclaman los sindicatos convocantes, que defienden ante todo la «voluntariedad» de los trabajadores para sumarse a las modificaciones de jornada.

Leandro Catalán, presidente de Fasamet, reclama por su parte paralizar la puesta en marcha del decreto y que se establezca un «plan de ordenación» de la atención continuada en los centros de salud «de forma consensuada» y mediante «un servicio específico de urgencias». «Hasta que eso se llegue, habrá que mantener el actual sistema», ha apuntado.

En cuanto a la voluntariedad, el presidente de Fasamet mantiene que la propuesta debe partir de ese planteamiento: «No se puede ir contra las decisiones voluntarias del personal. Primero, porque a una persona que tiene una plaza fija, con unas condiciones de trabajo no se le pueden quitar ni alterar de forma unilateral. Todo hay que negociarlo, pero la palabra voluntariedad es sustancial en todos nuestros acuerdos».