Javier Lambán deja su acta de senador y anuncia que abandona la política

«Acabo de presentar mi renuncia como senador autonómico ante el Presidente del Senado. Conste mi gratitud al PSOE de Aragón, que me propuso; a las Cortes de Aragón, que me nombraron y al Grupo Socialista del Senado, por el trato respetuoso que me ha dispensado. Pongo fin así a mi vida política institucional, que empezó en 1983 en el Ayuntamiento de Ejea, guiado siempre por la vocación de ser útil a mi pueblo, a Aragón y a España. Desde otros ámbitos, seguiré haciéndolo», ha expresado de manera escueta.

La noticia de su marcha llega apenas unos días después de que Pilar Alegría, actual ministra de Educación y Formación Profesional y portavoz del Gobierno, haya sido confirmada como nueva líder del PSOE de Aragón.

Concejal, teniente de alcalde y luego primer edil de su ciudad natal, Ejea de los Caballeros, entre 2007 y 2014, Lambán alcanzó la secretaría general del PSOE en Aragón en 2014, sin rival. Diez años después ha sido sucedido en el cargo por Pilar Alegría después de la retirada de su propuesta, Darío Villagrasa, que partía como su delfín pero que se quedó sin apoyos al final.

Lambán presidió Aragón entre 2015 y 2023, cuando perdió las elecciones con el popular Jorge Azcón. Para ese momento ya había anunciado que padecía cáncer de colon, contra el que lleva batallando desde 2021, pero no fue hasta la publicación de sus memorias en abril de 2024 cuando desveló que en junio de 2010 le diagnosticaron esclerosis múltiple.

En sus últimos meses como senador se mostró como uno de los puntales más fuertes contra Pedro Sánchez dentro del propio PSOE. Junto a Emiliano García-Page entre otros, formó un eje de resistencia contra la deriva del presidente del Gobierno que no dejó solo en palabras, sino también en actos. Quedó bien patente en su ausencia de la votación del Senado para no darle su apoyo a la amnistía, pero sin llegar a votar en contra de ella. Una ausencia que le costó la reprimenda y expediente interno de su partido.

«Vulnera la igualdad de todos los españoles ante la ley; pone en quiebra la separación de poderes, clave de la democracia, y, en última instancia, socava la autoridad moral y política del Estado para hacer frente ahora y en el futuro al independentismo, que no dejará nunca de intentar la vía de la secesión porque forma parte de su razón de ser», explicó en una amplia carta, en la que explicó que, de no hacerlo así, incurriría en una «insoportable deslealtad» consigo mismo, porque «entraría en contradicción flagrante» con sus convicciones.

Esta fue la despedida política de un hombre aferrado a Aragón desde sus orígenes políticos, y que llegó a sonar para ser incluso líder nacional, hasta que el sanchismo (y sus problemas de salud) se cruzó en su camino.