La caída en desgracia de la lana en las explotaciones ovinas: de fuente de ingresos a residuo incómodo

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Isabel Jimeno

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Se trata de una medida adoptada a través de una resolución para dar cumplimiento al compromiso adoptado por el anterior consejero de eliminar la lana de las explotaciones, a la que el nuevo equipo del fepartamento ha tratado de dar solución a través del estudio y análisis de diversas vías.

La resolución, firmada por la directora general, establece que «tanto la lana como el estiércol empleados con este propósito procederán exclusivamente de los animales de la propia explotación ganadera« y que »se mezclarán en capas alternas de ambos subproductos favoreciendo el compostaje natural de la mezcla y esta mezcla solo podrá aplicarse en parcelas agrícolas ubicadas en el territorio de la comunidad«. Asimismo, determina que »los sistemas de aplicación a tierra tendrán que ser validados por un ingeniero agrónomo o ingeniero técnico agrícola hasta que se desarrolle la figura del asesor en fertilización«, recogida en la legislación.

El objetivo de esta iniciativa es buscar una alternativa que sirva para dar uso a la lana acumulada en explotaciones de Aragón debido a la pérdida de valor de este subproducto a causa tanto del auge de las fibras sintéticas en el campo del textil en detrimento de las fibras naturales y de la imposibilidad de comercializar la lana en mercados tradicionales, especialmente China o Australia.

Además, el pasado viernes, la Dirección General instaba por medio de una carta al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) a solicitar, como órgano competente, «la posibilidad de modificación de la normativa reguladora de los subproductos animales no destinados al consumo humano (Sandach) en el sentido de ampliar los destinos admitidos de la lana» a la UE.

En el marco de la situación «preocupante» del mercado de la lana, desde el Departamento se pide que se flexibilice la regulación europea para el uso de este subproducto animal y su posterior destrucción. «Es necesario revalorizar la lana y que no suponga una carga más para nuestros ganaderos«, ha manifestado Lanza.

En Aragón, ya se trabaja en el estudio de diversas alternativas, como es el caso de uno de los proyectos del Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón en su sede de Teruel (CITATe) en colaboración con la Diputación Provincial de Teruel, que está orientado a revalorizar la lana proveniente del ovino de los ganaderos turolenses.

Del mismo modo, otros proyectos experimentales de carácter privado tratan de revalorizar la lana a través de su uso en ámbitos como la construcción o los microplásticos, que «podrían ser de interés, pero que no encajan en el marco normativo actual».

A petición de las comunidades que están buscando soluciones para la acumulación de lana en las explotaciones ganaderas, la Dirección General de Sanidad Agroalimentaria y Bienestar Animal del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación emitió en el mes de septiembre de 2024 una nota interpretativa que ofrecía, entre otras opciones, la posibilidad de enterrar la lana en vertederos.

A este respecto, Aitziber Lanza apuntó que, ante la «vaguedad de dicha nota», en noviembre de 2024 se elevaron desde el Departamento de Agricultura, Ganadería y Alimentación al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación una serie de cuestiones relativas a la misma. «Tres meses y medio más tarde, no hemos recibido respuesta», dijo.

En el turno de los grupos parlamentarios, el diputado socialista Ángel Peralta preguntó a la directora general «cuándo van a comenzar con la recogida de la lana en las explotaciones ganaderas como se comprometieron», ya que esta materia prima «no puede ser tratada ni almacenada de cualquier manera».

Por el PP, José María Giménez, aseguró que la lana se acumula desde hace varios años y que «hay dos formas de solucionar el problema: comprometiéndose o mirando para otro lado».

Desde las filas de Vox, Santiago Morón indicó que «la lana se ha convertido en una carga para el ganadero más que en una fuente de recursos«.

En representación de CHA, José Luis Soro argumentó que «estamos ante una situación irreversible y ante un problema irresoluble», por lo que «es muy importante la innovación y la investigación».

Desde Teruel Existe, Pilar Buj explicó que «la lana de oveja ha pasado de ser una fuente de ingresos a convertirse en un residuo incómodo y caro del que resulta difícil librarse«, pero que »puede ser usada como biomaterial para diferentes usos y como fertilizante«.

El portavoz del PAR, Alberto Izquierdo, afeó que «llevamos dos años para darnos cuenta de que no somos capaces de recoger la lana».