Aragón impone también el uso obligatorio de mascarilla ante el grave rebrote que sufre desde hace días

En menos de un mes, la situación en esta región y la posición del Gobierno de Lambán han cambiado de forma sustancial: el pasado 14 de junio, pensando ya en el nuevo curso escolar y ante los datos de contagios que por entonces daba Aragón, Javier Lambán pidió públicamente al Ejecutivo de Pedro Sánchez que redujera a un metro la distancia de seguridad entre alumnos -en vez del metro y medio que está establecido con carácter general- y que se descartara el uso de mascarillas en las aulas desde el inicio del nuevo curso. Ahora, la nueva escalada en la que está inmersa esta región le lleva a proclamar el uso obligatorio de mascarillas en cualquier espacio público y de forma general, incluso cuando se pueda mantener la distancia de seguridad de metro y medio entre dos personas.

«Desde el Ejecutivo se vuelve a hacer una llamada a la responsabilidad ciudadana para evitar la propagación del virus y se pide a los ciudadanos que mantengan la distancia social y cumplan las normas sanitarias y de higiene», indicó el domingo por la mañana el equipo de prensa de Lambán. Lo hizo a través de la misma nota de urgencia con la que anunció que el uso obligatorio de mascarillas iba a ser aprobado por el Gobierno de Aragón este lunes. De hecho, la obligatoriedad entró en vigor a las doce de la noche del lunes -o, lo que es lo mismo, a las 00.00 horas de este martes-.

En Aragón, el coronavirus lleva días repuntando de forma especialmente preocupante . En primer lugar, por la multiplicación de casos: la semana pasada, en solo cinco días, los contagios llegaron a dispararse casi un 900% en cómputo regional. En Zaragoza capital han aumentado espectacularmente un 1.200% en tres semanas.

A tenor de cómo se han ido multiplicando los casos y de la cantidad de nuevos focos que han ido apareciendo en diversos puntos de Aragón, se sospecha que la cifra de afectados ha podido crecer significativamente desde el último dato facilitado por el Gobierno de Lambán. Un dato que, en cualquier caso, en sí mismo ya daba idea de la gravedad de la situación, con cifras de contagios en 24 horas que no se recordaban desde la segunda quincena de abril.

Otra preocupación añadida es la proliferación de casos en los que no está clara su vinculación con ningún brote previamente conocido. Es decir, casos en los que no se ha establecido cuál ha sido el origen de la infección, lo que significa que existe un creciente número de cadenas de contagio que son especialmente difíciles de controlar .

En Aragón, la situación empezó a complicarse hace tres semanas, cuando se declaró un fuerte rebrote en cuatro comarcas agrícolas situadas en la zona limítrofe con Cataluña. Se cuentan por cientos los contagios que se han detectado en esa zona hasta el momento por aquel rebrote, que se extiende por la comarca zaragozana de Caspe y las oscenses de La Litera, Cinca Medio y Bajo Cinca.

Cuando ese rebrote parecía contenido -aunque en esa zona sigue el goteo de casos día tras día- han ido aflorando nuevos brotes en otros puntos de Aragón. Y, además, se han multiplicado los contagios no vinculados a esos brotes.

Especialmente significativo ha sido el ritmo al que han aumentado los contagios en Zaragoza capital desde días , pero también la aparición de nuevos focos que salpican la geografía aragonesa, en particular en la provincia zaragozana.

Los contagios detectados en las últimas horas en un centro asistencial de Calatayud -con un positivo y 12 confinados- y en el matadero de Mercazaragoza -un trabajador contagiado y varios en cuarentena preventiva- son algunos botones de muestra de la escalada que se está produciendo en Aragón, donde hasta el pasado jueves por la noche había activos 12 brotes de contagio, sin contar las cadenas de transmisión que no se han podido identificar.