El atasco es considerable, dada la avalancha de expedientes de regulación que se están presentando desde el pasado 16 de marzo. Eso ha llevado a la Consejería de Economía del Gobierno aragonés a incorporar a esa unidad administrativa a casi 120 empleados en estas últimas semanas. Antes de la crisis del coronavirus, ese servicio encargado de tramitar ERTE lo formaban siete funcionarios; ahora cuenta con una plantilla de 125 empleados públicos.
Hasta este momento está tramitando 3.467 ERTE presentados por empresas de todo Aragón, que afectan exactamente a 31.492 trabajadores. Pero la consejera aragonesa de Economía, Marta Gastón, ha reconocido que la cifra real es mucho mayor, contando los que están en lista de espera. Y, además, la lista sigue creciendo día tras día.
Todos los trabajadores afectados por ERTE quedan inscritos en las listas de desempleo, pero no computan a efectos de paro registrado. Así que ninguno de ellos está incluido entre los más de 5.000 que han engrosado la lista del paro en Aragón durante el mes de marzo, y ninguno de esos empleos se incluyen en los casi 8.000 puestos de trabajo que se han destruido en esta región en el último mes.
Los ERTE suponen que el contrato de trabajo queda suspendido o recortado. Es decir, el trabajador afectado se queda temporalmente sin trabajo o ve reducida su jornada laboral, pero no se extingue su empleo. Es una fórmula prevista para intentar capear una crisis sobrevenida.
De los expedientes que se están tramitando -sin contar los que están ya presentados, pero en lista de espera-, hay afectados 27.338 trabajadores en la provincia de Zaragoza, 2.949 en la de Huesca y 1.205 en la Teruel.
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