Lambán presume de «nueva cultura del gasto» tras endeudar a los aragoneses en más de 1.300 millones

Pese a las descuadradas cuentas que acumula Lambán, presume públicamente de «nueva cultura de gasto». Su Ejecutivo socialcomunista consume más de 1.100 millones de euros al año en intereses y amortizaciones. En 2020 necesitó 1.102,3 millones de euros para cumplir con sus acreedores financieros, y este 2021 prevé gastarse 1.447 millones de euros. En los presupuestos del presente año ha tenido que reservar 173 millones de euros para abonar intereses y otros 1.274 millones para hacer frente a vencimientos de deuda. Y de cada cuatro euros que gasta, uno es a crédito .

Cuando Lambán llegó al Gobierno de Aragón, en el verano de 2016, el Ejecutivo regional acumulaba una deuda financiera de 7.440 millones de euros, cifra que reflejaba el duro impacto que la crisis tuvo en las arcas autonómicas. Ahora supera los 8.740 millones de euros, y eso sin contar las decenas de millones que debe a los bancos el entramado de empresas públicas del Gobierno aragonés.

La antecesora de Lambán en la presidencia de Aragón, la popular Luisa Fernanda Rudi, tuvo que vérselas con un hundimiento de los ingresos y con la pesada estructura de gastos que había recibido heredad a, engordada sin freno durante los doce años previos de gobierno autonómico socialista. Capeó la situación, mantuvo a flote las cuentas de la Comunidad sin recurrir al rescate estatal del FLA y saneó la estructura de gastos de la Administración regional.

Eso hizo que Javier Lambán se encontrara con unas cuentas encauzadas y, además, tras la larga crisis 2008-2014, y la economía crecía y generaba cada vez más ingresos públicos. Pero esa mejoría económica, en vez de ser utilizada para sanear las cuentas autonómicas, ha quedado enterrada por la acelerada escalada del gasto público , que ha generado más déficit y más endeudamiento . Según los datos oficiales del Banco de España, desde que Lambán gobierna en Aragón ha aumentado la deuda pública de la región un 17,5%, mientras que el incremento medio en el conjunto de autonomías ha sido del 11% en el mismo periodo.

Ahora, apurado por la crisis del Covid y con la economía regional duramente castigada, Lambán busca nuevos prestamistas con los que seguir su particular senda de endeudamiento, renovar créditos que ha ido acumulando en los últimos años y firmar otros nuevos, porque cada vez necesita más dinero prestado para cuadrar sus gastos. Un espinoso panorama que el gabinete de prensa de Lambán trata de endulzarlo hablando de «reestructuración de la deuda viva» en el marco de una «nueva cultura del gasto» .