La despoblación azota a los colegios aragoneses

Las cifras oficiales de escolarización que acaba de hacer públicas la Consejería de Educación del Gobierno aragonés son elocuentes: el censo escolar en primero de Infantil -los niños que empiezan su escolarización- se ha hundido un 23% en solo un año.

Las clases arrancarán en Aragón el próximo 7 de septiembre y lo harán, en primero de Infantil, con la friolera de 2.500 niños menos que el curso pasado . Es un descenso de récord que evidencia el grave problema de la despoblación que afecta a la inmensa mayoría del territorio aragonés .

La falta de niños hace décadas que se convirtió en una condena demográfica para la supervivencia de cientos de localidades aragonesas. Aquello se compensó en los años del «boom» económico, entre finales de los años 90 y mediados de la década pasada, con la afluencia de inmigrantes -sobre todo extranjeros- que se asentaron en áreas rurales. Insuflaron aires renovados a una demografía azotada por décadas de despoblación. Aquello ayudó también a la natalidad de la región. Pero, en cuanto llegó la crisis, se fue desdibujando aceleradamente el camino que se había andado en los años previos.

El resultado fue, de nuevo, el éxodo demográfico . Desde 2008, Aragón ha perdido población joven que ha marchado fuera de la región en busca de mejores horizontes socioeconómicos. Una significativa porción de extranjeros dejaron municipios aragoneses, y también jóvenes de raíz aragonesa que se fueron a otras regiones o países. Y eso ha supuesto la pérdida de natalidad potencial.

A ello se ha añadido, de forma generalizada, un hundimiento de las tasas de natalidad , tanto por la crisis económica de los últimos años como por las propias dinámicas sociales -matrimonios a edad más tardía, menos hijos por pareja...-.

El resultado de conjunto fue un fuerte descenso de la natalidad que, combinado a la marcha de familias jóvenes, ha provocado una drástica pérdida de población infantil. Y eso es lo que ahora se manfiesta en las aulas.