El asesino múltiple Igor el Ruso, condenado a prisión permanente revisable

Esta sentencia de la Audiencia de Teruel es la primera condena a prisión permanente que se dicta en España por un asesinato múltiple. En su fallo, el magistrado establece que a Igor el Ruso no podrá acceder al tercer grado hasta haber cumplido 22 años de cárcel ni suspendérsele la pena antes de 30 años, como mínimo. Y eso exclusivamente para esta sentencia, ya que el criminal serbio, además, tiene pendiente una cadena perpetua en Italia por otros dos asesinatos, y también pesa sobre él otra pena de 21 años de cárcel por dos intentos de homicidio cometidos en España , pena que le fue impuesta en firme el año pasado.

Esa fue la fórmula que solicitó la Fiscalía, para reforzar al máximo posible la condena contra este criminal serbio. Como advirtió la fiscal durante el juicio, que a dos de los asesinatos se imponga la pena de 25 años y al tercero la prisión permanente no significa que se reconozca mayor o menor gravedad a uno y otros, sino que de esa forma se sustancian las penas de forma reforzada, para que los tres asesinatos no quedaran englobados sin más en una única pena de prisión permanente revisable. Hay que tener en cuenta que uno de los supuestos que contempla el Código Penal para la prisión permanente son los crímenes en los que se cometan tres o más asesinatos.

Esta nueva sentencia también lo condena a pagar más de 3 millones de euros en indemnizaciones a los familiares de los tres asesinados , el ganadero José Luis Iranzo y los guardias civiles Víctor Romero y Víctor Jesús Caballero. En cualquier caso, ante la previsible insolvencia económica del criminal, esas indemnizaciones quedan totalmente en el aire.

La prisión permanente revisable que se le ha impuesto a Igor el Ruso era la pena a la que forzó el veredicto de culpabilidad que dictó el jurado, como avanzó ABC. Por unanimidad, el jurado concluyó que el criminal serbio mató al ganadero de forma «consciente, voluntaria y con alevosía» . Y, por mayoría, los jurados determinaron que Igor el Ruso acabó con la vida de los guardias civiles de forma igualmente «consciente, voluntaria, con alevosía» y, además, con «ensañamiento» .

El veredicto consideró hechos probados, entre otros hechos, que Igor el Ruso disparó a traición a sus tres víctimas, sin posibilidad de que se defendieran, de forma alevosa; que a los dos guardias civiles los esperó, oculto, para que no pudieran reaccionar, que les disparó por la espalda sin que ellos llegaran a desenfundar sus armas, que les apuntó a zonas corporales no protegidas por sus chalecos antibalas, que los abatió con rapidez y que cuando estaban en el suelo, gravísimamente heridos y vencidos, los remató con disparos a corta distancia. El jurado, por mayoría, también ha considerado probado que tiroteó a los guardias civiles para agravar su sufrimiento mientras morían.

Esta condena a prisión permanente y las que se le impusieron anteriormente en España e Italia son consecuencia de la sangrienta carrera que protagonizó Igor el Ruso entre abril y diciembre de 2017. En apenas ocho meses, este criminal serbio de gatillo fácil asesinó a cinco personas y dejó malheridas a otras dos. En Italia había sido encarcelado por delitos previos, se fugó y en la huida mató a un policía y a un civil. Perseguido internacionalmente, optó por refugiarse en España, donde había vivido temporalmente años atrás.

En el otoño de 2017 se escondió en una apartada zona de campos y montes situada entre las localidades turolenses de Albalate del Arzobispo y Andorra . Allí vivía a base de asaltar masías. Desde una de ellas tiroteó a dos lugareños el 5 de diciembre de 2017. Los dejó malheridos, pero viven para contarlo. Nueve días después, el 14 de diciembre, asaltó la granja-masía. Cuando llegó el ganadero José Luis Iranzo, lo recibió a tiros. Y escasos minutos después acabó con los dos guardias civiles que acudieron a ese paraje. Fue capturado horas después, a kilómetros de distancia, tras sufrir un accidente con el coche que robó en la granja. Los guardias civiles que dieron con él se lo encontraron durmiendo sobre su pistola, a campo abierto .

Los informes psicológicos y psiquiátricos dibujan un escalofriante perfil de Norbert Feher , un criminal de inteligencia media-alta, en perfectas facultades, sin patología mental alguna que justifique su sangriento historial. Los especialistas describieron al serbio como una persona muy peligrosa, «calculador», «narcisista», «sin remordimientos, miedo ni compasión con sus víctimas», a las que considera meros «obstáculos a eliminar».

Durante el juicio, Igor el Ruso se mostró tranquilo, sin alterarse en ningún momento ni expresó arrepentimiento. Aprovechó su derecho a la última palabra durante el juicio para dirigirse a los jurados, a los que instó a que dictaran un veredicto «frío y racional». Su abogado defensor había pedido para el serbio solo fuera condenado a 10 años de cárcel, únicamente por la muerte del ganadero, ya que consideró que Igor el Ruso había acabado con la vida de los dos guardias civiles en «legítima defensa». Esas pretensiones fueron tumbadas de plano por el veredicto del jurado.