Teodoro León Gross: «Y si es mentira ¿qué?»

«Por cierto, señor Tellado, ¿recibieron ustedes en Andalucía advertencia de que se estaba produciendo malversación de fondos públicos? Vamos a pedir esa información por escrito. ¿Recibieron ustedes advertencia de los interventores por posible menoscabo de fondos públicos? ¡Por seis veces… y no hizo nada el Gobierno de la Junta de Andalucía para evitar ese menoscabo!»

Después la portavoz del Gobierno andaluz reaccionó muy enfadada. Calificó al Gobierno como «la banda de los bulos», enfatizando que en la Junta están muy hartos, así lo dijo, de la estrategia para manchar el nombre del presidente andaluz que despliegan Sánchez, Alegría, Bolaños, Puente… y por supuesto María Jesús Montero, la ministra de Hacienda a la que replicó la consejera de Hacienda:

«Es absolutamente falso. Aquí los informes de actuación que había desde que hemos llegado nosotros al Gobierno, los informes de actuación son todos de actuaciones de la época socialista. Actuaciones por menoscabo de fondos públicos de la época socialista. La herencia que dejaron los socialistas. No hay ningún informe por menoscabo de fondos públicos del SAS. Ninguno».

Qué cosas. Hay que insistir una vez más: no da igual que algo sea verdad o no. La política se degrada así de manera galopante. Este desprecio por la verdad, que el sanchismo ha convertido en santo y seña hasta poner al frente del gabinete de Presidencia a un especialista en el valor estratégico de la mentira, es insostenible. La verdad importa y es la última cosa que nos mantiene a los periodistas, como se ha recordado en la hermosa noche del Premio Romero Murube en la Casa de ABC de Sevilla. Corrupción no es sólo meter la mano; es también meter el bulo.