El PP se encomienda al «trabajo» para recuperar el liderazgo perdido del centro derecha en Andalucía

Anoche, apenas cinco meses después, la euforia se transformó en un ambiente de funeral . Las elecciones generales confirman el «sorpasso» de Ciudadanos, una ventaja que mantuvo desde los primeros votos escrutados. «La división del centro es una catástrofe y un palo enorme para el PP», resumía un antiguo dirigente.

Amenazado por dos flancos, el partido naranja y Vox –criatura nacida entre sus filas–, el PP ha perdido la hegemonía del centro derecha en Andalucía . Se la ha arrebatado su socio en el Gobierno autonómico.

La formación de Juan Marín ha adelantado a los populares en votos y ha empatado en escaños (11), lo que constituye un magro consuelo si se compara con el punto de partida: obtuvieron 23 de los 61 diputados en las generales del 26 de junio de 2016, superando incluso al PSOE, que con 24 recupera su dominio. La impronta de gobernar por primera vez la comunidad más poblada de España no ha servido para darle un empujón al PP y evitar la fuga de voto al partido de Abascal. El «efecto Moreno», de haberlo, no se ha notado.

Con el 99,57 por ciento de los votos escrutados, el PP ha perdido 645.260 votos , el 45% de los apoyos de sufragios respecto a las pasadas elecciones. Ha pasado a ser la tercera fuerza en Andalucía, la cuarta en las provincias de Sevilla y Cádiz, y la tercera en Málaga.

La noche se presumía larga y Moreno prefirió conjurar los malos augurios en su despacho desde primera hora, rodeado de su secretaria general, Loles López Gabarro , y Toni Martín , vicesecretario de Organización, Electoral y Formación, y la candidata del PP por Sevilla, Teresa Jiménez-Becerril .

Antes de que se cerraran los colegios electorales, a las ocho menos cuarto, el presidente del PP andaluz llegó a la sede acompañado de su mujer, Manu, que vestía una chaqueta naranja , el color corporativo de «Ciudadanos». Un mal presagio que se hizo realidad conforme avanzaba el recuento y el PP seguía estancado en la tercera posición. La algarabía desatada en las pasadas autonómicas, que estallaba en gritos y risas en la planta alta de la sede regional el pasado 2 de diciembre, se transformó en silencio . Los rostros sonrientes demudaron en caras largas y rictus serios.

Pasado un cuarto de hora de la medianoche, después de que compareciera Pablo Casado en Madrid, la secretaria general del PP andaluz bajaba a la sala de prensa para realizar una comparecencia fugaz –duró un minuto y siete segundos– y sin preguntas. Le tocaba dar la cara.

Las primeras palabras de Loles López Gabarro fueron para felicitar al PSOE, que «ha resultado ganador». Luego reconoció el descalabro: «Obviamente, los resultados del PP no han sido buenos. La fragmentación del voto, como dijimos, facilitaba la victoria de Pedro Sánchez y así ha sido».

Los populares prefieren mirar al futuro con la idea de resarcirse por la debacle. El calendario aprieta y conviene mantener la respiración. En un mes están convocadas las elecciones municipales. «Lo que nos toca es seguir trabajando , tenemos unas elecciones municipales a la vuelta de la esquina», advirtió. «Lo que nos queda es trabajar y trabajar». Desde el minuto para unir todo lo que se ha roto.