Los narcotraficantes afincados en Andalucía se pasan al cultivo de su propia droga

La operación 'Bratva' no sólo dio al traste con una de las organizaciones más peligrosas de Polonia, asentada en la Costa del Sol y Alicante. También evidenció el funcionamiento de estas bandas, que buscan aprovechar las rutas abiertas entre Andalucía y los países del norte de Europa para llevar por ahí todo tipo de drogas, principalmente hachís y marihuana. «Es cada vez más habitual que las organizaciones que tienen un chalet de lujo como 'guardería' del hachís, tengan algunas habitaciones de ese inmueble dedicadas al cultivo de marihuana », señalan fuentes del Órgano de Coordinación contra el Narcotráfico en Andalucía (OCON-Sur).

Estas villas pueden tener precios superiores a los dos millones de euros en algunas zonas de la Costa del Sol. Los narcos las ocupan cuando están vacías o las alquilan. Ese arrendamiento se hace sin dejar constancia de los pagos o con empresas pantalla. Ahí guardan los cargamentos en los lugares secos y adaptan otros para cultivar. «Diversifican el negocio», afirman las fuentes. Las autoridades explican que este tipo de narcos «trafican con hachís y marihuana, en función de lo que en cada momento les sea más fácil conseguir o dar salida de forma segura hacia otros países de Europa».

De este modo, estas bandas no tienen reparos en hacer contactos con todo tipo de mafias para proveerse: compran cargamentos, pero también usan la violencia para robar. En la operación 'Bratva' se pudo constatar que los miembros de la organización habían perpetrado 'vuelcos' a otras organizaciones para conseguir alijos de hachís. Los beneficios obtenidos por estos polacos con su actividad se pueden medir en los más de 300.000 euros que el lugarteniente del capo tenía para sus gastos ocultos bolsa dentro del armario de su dormitorio.

La operación 'Mocy' es otro ejemplo, aunque en este caso su mayor comercio era la marihuana. La banda tenía plantaciones en Granada, cuyos frutos mandaba a Polonia para su posterior distribución. La Guardia Civil realizó 78 registros en la casa y naves donde había plantaciones. Habían conseguido hacerse con una extensa red de cultivo, lo que no les apartaba del hachís. Tenía socios búlgaros, españoles y marroquíes para abrir más líneas de negocio. Se le llegaron a incautar 1,5 toneladas de cogollos de marihuana envasados al vacío y más de 20.000 plantas de marihuana. En los registros se incautaron también 91 kilogramos de hachís y 43 kilos de cocaína, listos para enviar a Polonia para su distribución. Fueron detenidas 110 personas a las que se le incautaron 500.000 euros en efectivo.

Camiones, medios de seguimiento de la carga con balizas GPS o naves industriales para el almacenamiento. Algunos funcionan como grandes empresas de transportes, que compran la carga o cultivan la marihuana. Además, no dejan pasar la oportunidad si les caen unos kilos de cocaína a buen precio. Es una forma de negocio en la que no se desechan oportunidades ni productos.

Y en ese papel de 'broker' la operación Trasname desarticuló a una de las bandas más potentes con base en Jerez de la Frontera. Había conseguido tener un avituallamiento constante de hachís y marihuana. Eran capaces de hacer envíos periódicos a Alemania, Holanda, Luxemburgo y Francia de estos productos . La investigación se inició por un 'vuelco' en Lebrija con un robo a un conductor alemán en una furgoneta.

Las pistas llevaron a registros en varias provincias, aunque la base logística estaba en un polígono Jerez. Cuando entró la Guardia Civil en los lugares de trabajo de estos narcotraficantes se incautó de 280 kilogramos de hachís y 500 kilos de marihuana listos para su envío . La dimensión del negocio que había montado esta banda la dan los 400.000 euros decomisados en joyas o los 12 coches valorados en 850.000 euros.

La última modalidad es la de las megaplantaciones que se hacen pasar por cultivos legales. Tres mil euros de capital inicial era la cantidad que figuraba en la sociedad inscrita en un registro de la Junta de Andalucía tras la que se camuflaba la plantación de marihuana de mayor extensión desmantelada hasta el momento en la provincia de Cádiz. 19.000 hectáreas con tres enormes viveros donde crecían 20.000 plantas de marihuana, 8.000 kilos.

Como razón social en ese mismo registro figuraba: producción de cáñamo industrial, una argucia cada vez más utilizada por los traficantes de 'maría' para camuflar legalmente lo que realmente no lo es. El cultivo de cáñamo, bajo (se supone) unos estrictos controles de supervisión, sí está permitido. La de cannabis en cogollo o en hoja sin una expresa y rigurosa autorización para fin terapéutico, no.

Hasta que la ley no diga lo contrario por mucho debate que haya es ilegal, ya que, según los análisis sanitarios, se considera una sustancia estupefaciente. Es decir, droga. El cáñamo industrial se saca de la planta del cannabis pero sin componentes psicoactivos y se utiliza para la fabricación de fibra, grano, biomasa, papel y otra gran variedad de productos. Y cuando los agentes de la UDYCO de la Policía Nacional en Cádiz que han comandado esta investigación entraron tras tener informaciones sobre esta explotación agrícola del Colorado (Conil) lo que se encontraron es lo que ya sospechaban: miles de plantas de cannabis 'sativa', muchas, pero llenas de cogollos.

Y además, toda la maquinaria de cultivo y cuidado (material eléctrico, riesgo, cubetas, ventilación...) propia de este tipo de cosechas dedicadas por y para la 'maría'. «El cáñamo solo se cultiva con un tipo de semilla que es la permitida y que además va precintada, no se pueden usar esquejos, y allí eran todo esquejos», explica a este periódico una fuente de esta investigación.

Además, en las explotaciones del cáñamo las plantas se suelen sembrar guardando poca distancia entre una y otras para que no les dé tanta luz y crezcan hacia arriba. En el caso que nos ocupa, estaban más separadas con el objeto posiblemente de que su crecimiento sea más bajo y la floración de cogollos en ellas más generosa.

Pero por si quedaba alguna duda, en la finca, y siempre según la investigación policial, los agentes encontraron decenas de bandejas hasta arriba de cogollos y cubas con elementos químicos y precursores que se utilizan normalmente para que en esta facturación , haya más cosechas y, en definitiva, se puedan sacar más partidas y por tanto más dinero. También había una desbrozadora y hasta un tractor.

Ayer también la Guardia Civil procedió a la detención de tres personas como presuntos autores de los delitos de tráfico de drogas y defraudación de fluido eléctrico en la denominada «Operación Trasnochadores», en dos naves industriales de Huelva.