Demografía
Los nacimientos en Andalucía se desploman hasta su peor cifra en 80 años por culpa del Covid
Los expertos no prevén un ‘baby boom’ tras la crisis porque persisten la precariedad laboral y el individualismo
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Iniciar sesiónEl zarpazo del Covid ha tenido consecuencias catastróficas para la demografía española y andaluza durante 2020. Jamás han nacido tan pocos niños y nunca han fallecido tantas personas como en el año que hubo que confinarse en casa y restringir las relaciones sociales. ... Los datos provisionales de movimiento natural de la población que publica el Instituto Nacional de Estadística, referidos al fatídico año que se paralizó el mundo, revelan el impacto demográfico de la pandemia. En 2020 nacieron 64.906 niños en Andalucía, que representan 4.491 menos que el año anterior o, lo que es lo mismo, un 6,2 por ciento menos. En el conjunto de España los alumbramientos se desplomaron un 5,9 por ciento.
Las defunciones también alcanzaron niveles desconocidos debido a la nueva neumonía hallada en China. Según el balance del INE, 78.160 andaluces fallecieron, 7.655 más que el último año libre de Covid , un 10,8 por ciento más. Los decesos rozaron el medio millón (492.930) en todo el país.
La pandemia deja la peor cifra de muertes y nacimientos desde que hay registros oficiales, que comienzan en 1941, dos años después del final de la Guerra Civil . La esperanza de vida se ha contraído como nunca antes en la serie histórica del INE, que empieza en 1975. En 2019, un andaluz vivía de media 82 años y casi tres meses. En 2020, la vida se acortó en ocho meses de media hasta situarse en 81,6 años. Los hombres viven 78,9 años y la longevidad femenina se sitúa en 84,2.
El saldo vegetativo (la diferencia entre alumbramientos y decesos) también es el peor de la serie histórica: hubo 13.254 más muertos que nacimientos . El virus aceleró el descenso iniciado en 2018 y multiplicó por doce el crecimiento vegetativo de 2019, que pasó del -0,13 al -1,56 por cada mil habitantes. Muy lejanos quedan los registros del año 1976, coincidiendo con la llegada de la democracia, cuando se contabilizó un saldo positivo del 12,05.
«La incertidumbre sanitaria y económica ha provocado el retraso de muchos embarazos», advierte la socióloga Livia García
Ahora que Andalucía ha cruzado el Rubicón de las severas restricciones y ha recuperado la normalidad, sin dejar atrás las inseparables mascarillas y otras prevenciones, cabe preguntarse si el desolador paisaje demográfico que deja el coronavirus es puntual o ha llegado para quedarse. Los expertos consultados coinciden en que la pandemia ha acelerado con un salto brusco la bajada de la natalidad, pero el proceso viene de atrás.
Basta con mirar por el retrovisor. Cada vez se tienen menos hijos y más tarde. En tiempos de incertidumbre sanitaria y económica, esta tendencia se agrava. El miedo a contagiarse y a perder el trabajo ha hecho que nazcan menos niños. « La incertidumbre ha provocado el retraso de muchos embarazos . Pero la incertidumbre no era solamente sanitaria, como, por ejemplo, no saber los efectos de un contagio en la embarazada y el bebé, o desaconsejar las vacunas en un primer momento para embarazadas, sino también económica».Así lo cree Livia García Faroldi, profesora titular de Sociología de la Universidad de Málaga.
Que esta situación mejore dependerá de lo rápida que sea la recuperación económica. Santiago Carbó, catedrático de Economía de la Universidad de Granada , opina que la pandemia ha dado lugar a una parálisis económica «brutal» con el miedo añadido de que si una mujer se quedaba embarazada se enfrentaba al riesgo de infectarse del coronavirus si acudía al hospital.
A Carbó, que es director de Estudios Financieros de Funcas, no le sorprende el descenso de la natalidad después de meses de encierro domiciliario. « El impacto iba a ser clarísimo. Esas diez semanas de confinamiento , de auténtica pesadilla, nos marcaron la vida» también en este aspecto.
Sin el antídoto de las vacunas (no se hicieron extensivas entre la población hasta 2021), el aislamiento social funcionaba como la única barrera de protección contra el escurridizo y letal enemigo del coronavirus.
Menos inmigrantes
La natalidad se ha hundido un 29,6 por ciento en Andalucía desde el año 2010, coincidiendo con el inicio de la pasada crisis financiera. En una década los nacimientos han caído en 27.295 . Santiago Carbó aprecia diferencias notables con la situación vivida en la anterior recesión económica.
«En 2020, España aún no era consciente de la crisis», aclara. Hubo otro factor crucial que no se da ahora: la llegada masiva de inmigrantes atraídos por la prosperidad previa al estallido de la burbuja financiera suplió la falta de nacimientos y mitigó el envejecimiento de la población autóctona. La inmigración fue la tabla de salvación de un país cada vez más envejecido . «Ahora esa fuerza de los inmigrantes no la hemos tenido, porque muchos se marcharon y los que se quedaron han envejecido también», razona.
Alejandro Macarrón: «Más de la mitad de la gente no se casa nunca y el 50% de los que lo hacen se divorcian. Eso tiene un efecto brutal en la natalidad»
La pandemia ha dejado un hondo socavón en el empleo y ha paralizado el turismo en una región muy dependiente de este sector, destaca la socióloga Livia García . No obstante, atribuye un efecto pasajero a la pandemia: «Ahora la mayoría de la población está vacunada y se aconseja su administración a las embarazadas, el riesgo de contagio es menor y los efectos de un contagio también son, en general, más leves». Por tanto, cuestiona que el Covid «vaya a agravar la caída de la natalidad a largo plazo». « La tendencia a la baja en los nacimientos es constante en España en la última década , excepto un leve repunte en el año 2014. Sí es cierto que el descenso se acentuó a finales del 2020». Livia García ha participado en dos proyectos sobre la conciliación de parejas trabajadoras: ‘La gestión de la intimidad en la sociedad de la información y el conocimiento’ y ‘Conciliando en el patio del colegio: estrategias de colaboración para el cuidado de los niños de las parejas andaluzas trabajadoras’.
Las estadísticas le dan la razón. La tasa de natalidad se redujo un tercio entre 2003 y 2020. En este periodo el número de nacidos por cada mil habitantes en Andalucía pasó de 11,42 a 7,65, según el INE. El desplome empieza a vaciar las aulas . El presidente andaluz, Juanma Moreno , puso el dedo en la llaga de este problema en la apertura del curso escolar. «Debemos empezar a preocuparnos» porque hay 45.000 alumnos menos en este curso, advirtió. La Junta de Andalucía prepara un plan con ayudas concretas dirigidas a fomentar los nacimientos.
Cambio de valores
El ingeniero de telecomunicaciones Alejandro Macarrón dirige la fundación Renacimiento Demográfico y es autor del libro ‘Suicidio demográfico en Occidente y medio mundo’. Considera que el paisaje demográfico español y, en menor medida, el andaluz es desalentador pero sus causas trascienden el bache de la pandemia. Cree que, en el fondo, subyace una crisis de valores.
«La natalidad llevaba una tendencia descendente desde antes de 2020. Pero una vez pasado el pánico con la declaración del estado de alarma en marzo de 2020, las familias que postergaron esa decisión volvieron a pensar en tener hijos . Hubo una caída clara en noviembre, diciembre y enero, pero a largo plazo no creo que la pandemia tenga un efecto grande». El problema es que la recuperación económica «no está siendo brutal y eso tampoco ayuda» a que las parejas se decidan a dar el paso.
Los valores dominantes en la sociedad son «hostiles» a la natalidad, sostiene Alejandro Macarrón, que aporta ejemplos para sustentar su análisis: « Más de la mitad de la gente no se casa nunca y el 50 por ciento de los que llegan al matrimonio se divorcian. Eso tiene un efecto brutal en la natalidad».
El creciente hedonismo ha trastocado la demografía más que el propio virus. «Antes formar una familia era una prioridad, sobre todo para las mujeres y ahora no. Muchas parejas prefieren sólo divertirse y procuran ganar dinero; alargan la juventud y cuando quieren tener un niño ya es demasiado tarde ». La edad del primer parto no ha parado de crecer. Las andaluzas dan a luz con 32 años. En 2002, la maternidad llegaba a los 30,4 años de media.
No habrá baby boom
Históricamente las procesos muy traumáticos han dado lugar a explosiones de natalidad, como la que hubo tras la Guerra Civil. Pero una vez que Andalucía ha dejado atrás las duras restricciones del Covid, no ha habido 'baby boom' ni se le espera . «Está por ver que lo haya. Todavía hay muchas incertidumbres en materia laboral y económica. Dependerá de que la recuperación. Como partimos del nivel más bajo, habrá un cambio de tendencia, las familias que aplazaron esa decisión lo van a intentar ahora», opina el catedrático de Economía Santiago Carbó .
Alejandro Macarrón es más pesimista: « Cuando empezó el confinamiento se dijo que iba a haber un 'baby boom'. Yo no lo veo por ningún lado, estamos volviendo a la normalidad anterior».
La socióloga Livia García tampoco cree posible una explosión de nacimientos tras la crisis porque persiste la precariedad laboral entre los jóvenes y la sociedad tiende al individualismo : «Aunque habrá un repunte de nacimientos en los próximos meses, debido a que muchas parejas han retrasado el embarazo hasta el final de la pandemia, no vamos a vivir un baby boom».
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