Dos maneras de hacer política y de gobernar el PSOE

Tal vez sea porque realmente Pedro Sánchez haya logrado su objetivo de cambiar el PSOE o tal vez porque los militantes socialistas estaban acostumbrados a una alta participación que la pandemia —y la actual dirección del partido en Andalucía según denuncian los críticos— se la haya cercenado.

La campaña interna que están llevando a cabo los dos aspirantes socialistas a competir con Juanma Moreno por el sillón de la Junta es completamente distinta. Susana Díaz representa el «viejo PSOE», por más que ella sea ocho años más joven que Espadas. Tiene un equipo homogéneo, organizado, con amplia experiencia en el control orgánico del partido y que, además, es el que maneja el aparato. Su ejército es disciplinado, no cuestiona sus estrategias, repite sus argumentarios sin dudarlo y se presenta como un bloque monolítico.

Es de aquellos tiempos en los que se levantaba el teléfono desde la sede de San Vicente y todos los secretarios generales cerraban filas con su líder. Todos menos ese 25% que siempre era crítico y que daba al PSOE esa vitola de partido democrático y algo asambleario. Un carácter único que lo definía frente al PP (en el que sólo mandaba el líder) y frente a Izquierda Unida (asamblearios hasta para las más mínimas decisiones).

Juan Espadas está afrontando su candidatura —que todavía no es oficial aunque él ya hable como candidato in pectore— de una manera totalmente distinta. Sus apoyos se basan en diferentes familias de críticos que se han ido organizando desde hace más de un año fundamentalmente como oposición a Susana Díaz. Su concejal de confianza, Juan Carlos Cabrera (que sí tiene una importante trayectoria orgánica y es secretario general de la Agrupación Centro de Sevilla capital) ha recorrido toda Andalucía reuniéndose con los representantes de las agrupaciones para explicarles la intención del alcalde de Sevilla de enfrentarse a Susana Díaz.

Hacer más PSOE, una de las corrientes más activas, ya lo apoya claramente e Izquierda Socialista, que aglutina a unos 5.000 militantes según sus responsables, ha mantenido varios contactos con Espadas y lo apoyarán públicamente en pocos días. Ya han enviado un comunicado, «defendemos una alternativa fuerte, que contemple un partido abierto, participativo y transparente, que tenga un proyecto que respete y escuche la transversalidad existente en el partido, abierto, regenerador, ilusionante y motivador que impulse al PSOE a recuperar el apoyo de la ciudadanía».

A estos se suman los partidarios de Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, uno de los primeros que impulsó la candidatura de Espadas en aquel lejano enero de 2020; y la fuerza que tiene Francisco Toscano, alcalde de Dos Hermanas y hombre de confianza de Pedro Sánchez en Andalucía desde sus inicios.

Hay una parte de los críticos, Andalucía Socialista, que no está ni con Susana Díaz ni con Juan Espadas pero que todavía no tiene candidato. Muchos de ellos son históricos del PSOE como Luis Ángel Hierro.

Un dato relevante que no se puede obviar es que los dos manijeros de las campañas internas para las primarias de la secretaria general y del alcalde de Sevilla empezaron juntos en política. Concretamente en la Agrupación Macarena de Sevilla capital. Carmelo Gómez, que sigue siendo su secretario general, es quien trabaja codo a codo con Susana Díaz y uno de sus pilares. Juan Carlos Cabrera fue uno de sus principales colaboradores aunque ya hace muchos años que ambos están separados en lo personal y en lo político. Ahora está con Espadas.

La cobertura mediática que sigue a Susana Díaz en cualquiera de sus visitas condiciona sus encuentros y reuniones. Hasta ahora, cuando se ha recorrido más de cien localidades de Andalucía, la han recibido con educación y cortesía como la secretaria general del PSOE andaluz que sigue siendo. Mantiene encuentros con militantes y cargos orgánicos muchos de los cuales le expresan su apoyo. Pero sus mensajes públicos son contrarios a las primarias. «No es el momento de hablar de eso ; los socialistas tenemos que estar centrados en lo que preocupa a los andaluces; no voy a perder ni un minuto hablando de cuestiones internas; la pandemia es lo que nos tiene que preocupar...» son algunas de sus frases habituales.

Se trata de una estrategia de cara al exterior pero que internamente está levantando ampollas, o eso dicen sus críticos. Los alcaldes y concejales que llevan más de un año luchando contra el Covid-19 en sus pueblos consideran que es una falta de respeto para su trabajo.

Juan Espadas recorre Andalucía con el pretexto de reunirse con los alcaldes, sus iguales, y mantiene un discurso público de crítica al Gobierno de Juanma Moreno al que pide más fondos y atención para los ayuntamientos. No es tan conocido en Andalucía y está trabajándose una imagen interna de la que carecía hasta ahora. Muchos críticos reconocen abiertamente a ABC que su apuesta es «por el cambio» y que si ese cambio pasa por Espadas, pues bienvenido sea.

Uno de los principales problemas a los que se enfrenta Susana Díaz es a la falta de actividad interna en el PSOE andaluz. El Comité Director, principal órgano entre congresos, no se reúne desde el 12 de marzo de 2019, lo que supone un incumplimiento de los estatutos orgánicos del partido . Porque, a pesar de la pandemia —lo que arguye la dirección regional para no convocarlo— sí se ha celebrado un Comité Federal de forma telemática y eso que este órgano tiene más integrantes.

Igual sucede en muchas agrupaciones, que permanecen cerradas a los militantes por el coronavirus... aunque se han abierto para recibir a Susana Díaz en algunas localidades en este periplo. Una muestra es lo que sucede en Coria del Río donde la gestora dirigida por Antonio Pradas ya ha cubierto con creces los plazos legales de su vigencia y ahí sigue ¿Por qué no se fomenta el debate? Quizás esa es la clave de estas primarias.