La Junta de Andalucía prevé una ocupación del 75% en el puente de diciembre a pesar de la variante ómicrom

La mayor parte de los visitantes serán españoles mientras que el turismo extranjero sigue llegando con cuentagotas, sobre todo por las restricciones en Europa. Según explica a ABC el vicepresidente y consejero de Turismo, Juan Marín , en el turismo de ciudad y de interior se prevé una ocupación del 90%, como suele ser habitual en estas fechas. Las zonas de costa de Málaga, Huelva y Cádiz también tienen buenas perspectivas, con unas reservas en torno al 70%. En este segmento es fundamental el tiempo que está haciendo en Andalucía, «con mucho sol y buenas temperaturas, desgraciadamente para el campo andaluz pero afortunadamente para el turismo», explica Juan Marín. El destino más solicitado es Sierra Nevada que prevé una ocupación casi del cien por cien para estos días igual que para la Navidad, temporada alta en la estación que este año ha abierto con bastante nieve.

Con estos datos, el vicepresidente afirma que Andalucía va a cerrar el año con más de veinte millones de viajeros en la comunidad autónoma, «unos datos que aunque todavía lejos de los de 2019, confirma la senda del crecimiento económico».

En este sentido, Marín insiste en que el Gobierno andaluz está «preocupado y alerta» por la nueva variante del coronavirus, si bien tampoco quiere llamar a la alarma, «hay un escenario de incertidumbre por la variante ómicrom pero hay que tener en cuenta que es la número 16 y que sólo prosperó la delta. Estaremos atentos pero no llamamos a la alarma».

El sector turístico andaluz tiene su reticencias porque no termina de coger una velocidad de crucero para recuperarse de la crisis provocada por la pandemia, ahora agravada por la última variante. «Es leve, pero ya se empiezan a notar cancelaciones en todos los segmentos», explica Miguel Sánchez, presidente del Consejo del Turismo de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA ). Sánchez señala que las anulaciones de reservas no sólo afectan a los hoteles de la región. «Es algo muy generalizado. Está pasando en los hoteles, pero también de las casas rurales o en los campings», señala a ABC este empresario portavoz del sector.

La explicación es sencilla: ante cualquier tipo de riesgo, el cliente prefiere no viajar. «Es un frenazo más a la recuperación», lamenta Sánchez, quien explica que irse de vacaciones no es un producto de primera necesidad para las familias. Por esta razón, si hay algún riesgo prefieren aplazar o cancelar. «Además, no suele haber penalizaciones. Casi todas las empresas permiten que se haga una anulación sin que suponga ningún coste. Así que ante noticias como la de la nueva variante cancelan y punto», explica Sánchez.

A esto se añade el temor a quedar en cuarentena en otro país. Para CEA el ejemplo del vuelo confinado en Holanda por dos españoles que dieron positivo en la variante ómicron hace que los viajeros no se arriesguen. «Aunque vengan con su PCR, vacunados y todo en regla, saben que si alguien en el vuelo da positivo van a ser confinados y eso hace que prefieran no volar en este momento a España», concluye el presidente del Consejo del Turismo de CEA.