Griñán elogia la unidad de los partidos de Cataluña y reprocha la crítica que recibe del PP

Griñán se quejaba al presidente de esta formación, Javier Arenas, de que trate de debilitar la posición del Gobierno andaluz, cuando él ha dejado claro, incluso en Cataluña, que si el nuevo modelo de financiación no garantiza la igualdad de todos los españoles, vivan donde vivan, Andalucía rechazará el sistema.

El presidente reiteró que no aceptará discriminación alguna y que exigirá que el criterio de reparto entre las comunidades sea la población. Con estas premisas de partida en la negociación con el Gobierno, animó a los populares a apoyarle y dejar de atacarle.

No decir la verdad

«Es un maestro en no decir la verdad y de la retórica vacía», espetó Javier Arenas. «Si consigue que Andalucía es la comunidad que más gana en el nuevo modelo, tendrá nuestro respaldo incondicional. Si no es así, tendrá la crítica más contundente», le advirtió.

El líder del PP-A insistió en acusar Griñán de no decir la verdad, ya que asegura que puja por un modelo de financiación muy beneficioso para Andalucía, cuando, a su juicio, la realidad es que «ya ha aceptado que la comunidad con ocho millones de habitantes y un millón de parados, no sea la que más gane».

Griñán le reprochó que ahora esté demandando que Andalucía sea la que más gane, cuando, en la etapa del Gobierno del PP en España, durante el año base del sistema de financiación vigente, esta comunidad era «la tercera por la cola en financiación per capita», se le negó la Deuda Histórica, «nos dejaron a deber 2.500 millones de la liquidación del anterior sistema, y nos birlaron 4.000 millones de fondos europeos. Podrá decir lo que quiera, dijo, pero su historia le delata».

Arenas lamentó que el Gobierno andaluz sea «siga instalado en el rodillo y la soberbia», como se evidenció el miércoles, cuando el PSOE rechazó todas las propuestas anticrisis del PP, mientras que los populares aceptaron muchas de los socialistas. Una actitud, a ojos de Griñán, que fue una «rectificación en toda regla» del PP, que no tuvo más remedio que aceptar esas medidas del PSOE porque eran iguales a las suyas.