El galimatías para decidir qué provincias avanzan en la «desescalada» incluye hasta datos de impacto de género

A pesar de tratarse de una decisión pendiente de la evolución epidemiológica de una pandemia, el Gobierno ha avanzado que en la decisión también tendrá en cuenta variables económicas y sociales y los hábitos de movilidad de la zona.

Desde el inicio de la crisis, Andalucía ha sido de las comunidades que mejor ha soportado el impacto de la pandemia. Con las islas y Murcia por delante, el territorio más poblado de España ha estado permanentemente por debajo de la media de los registros de contagios por habitantes del resto del país.

Eso anima a presentar a Andalucía como un territorio preparado para el desconfinamiento. A falta de que se concreten los parámetros, t odas las provincias andaluzas cumplirían con el requisito de tener suficientes camas UCI para atender un rebrote y la Junta promete tener cobertura para la realización de test. Al menos seis de las ocho provincias andaluzas cumplirían también con bajas tasas de contagios ya que están por debajo de los 20 casos por 100.000 habitantes en los últimos quince días, un registro que no cumple un buen número de autonomías.

Algo más que epidemiología

Pero todo apunta a que las reglas para la asimétrica «desescalada» que prepara el Gobierno serán mucho más complicadas. El documento avance presentado el martes por el presidente recoge que habrá tres grandes áreas de indicadores para decidir. La mayoría, hasta 18 parámetros , son de tipo epidemiológico. Se utilizarían para «detectar de forma precoz los cambios en la circulación del virus y para hacer un seguimiento de las capacidades sanitarias » de cada zona. Todavía el Gobierno no ha aclarado siquiera el proceso de generación y recogida de esos datos. Entre otros parámetros objetivos están los indicadores de capacidad del sistema sanitario: ocupación de UCI, camas de agudos, stock de material de protección o reserva de respiradores. Pero también se propone evaluar el número de profesionales de vigilancia epidemiológica dedicados a la respuesta de Covid-19 en relación al número de casos diarios detectados, o el tiempo entre fecha del inicio de síntomas de cada caso y su tiempo de consulta . Incluso se requerirá una evaluación del número de contactos estrechos identificados por cada caso, amén de los indicadores diarios que ya sirve la Consejería de Salud al Ministerio de Sanidad.

Pero el Gobierno está dispuesto además a cruzar con esos datos sanitarios otros indicadores tanto de movilidad como económicos y sociales. Así, la decisión sobre plazos para el desconfinamiento también dependerá de la movilidad interior y exterior de cada provincia, del número de expedientes de regulaciones temporales de empleo que haya presentado, del consumo de energía eléctrica y hasta de «indicadores de impacto de género» .

Con los datos de movilidad, el Gobierno «monitorizará» la relación entre la evolución de la movilidad y la transmisión de la epidemia. Menos expresivo es cuando tiene que explicar por qué incluye en la ecuación a los parámetros económicos y sociales: «Completan la valoración del impacto del proceso de reapertura o desescalada y ofrecerán referencias a tomar en consideración en el momento de acordar la transición de una fase a otra», señala el Ministerio de Sanidad.

La inconcreción de las reglas preocupa en el Gobierno andaluz, al no conocerse los marcadores que utilizará el Gobierno. Las autonomías no tienen capacidad de acción. Hay desconfianza , pero no se expresa en aras a la lealtad prometida en las relaciones institucionales.

Extraña que en el primer avance no aparezcan como material a consultar otras tasas que publica diariamente el Ministerio de Sanidad y que los especialistas señalaron en su día como claves para medir el avance de la pandemia. Es el caso de la tasa de incremento porcentual medio de casos en las dos últimas semanas o el número reproductor (R0), que indica el promedio de casos secundarios que cada sujeto infectado puede llegar a infectar.

No es mala noticia para Andalucía. Se da la circunstancia de que sin que varíen sustancialmente los datos de contagio en la comunidad, Andalucía registra en los últimos días cifras de avance y R0 algo peores que la media nacional , hecho que no había ocurrido desde el inicio de la crisis sanitaria y que apuntan a que comunidades con peores estadísticas mejoran en el control de contagios... o realizan menos test.

Así, este miércoles, con 91 contagios confirmados por prueba PCR (200 si añadimos confirmados mediante test) y 20 fallecidos, la tasa de crecimiento de la pandemia en Andalucía era -4,6 por ciento, mientras España en conjunto registraba un -7,6 por ciento. El número reproductor básico (R0) andaluz era de 0,85 frente al 0,77 de media nacional. Todos los territorios, excepto Melilla están por debajo de 1.