Los andaluces creen que la Junta no defiende bien sus intereses

Al segregar esa misma pregunta entre los votantes de uno y otro partido, el pesimismo es predominante en la izquierda, pero también en gran parte del centro-derecha. Sólo el electorado del PP se muestra más satisfecho con la Junta y la defensa que hace de sus intereses. El 48 por ciento de sus votantes así lo cree, frente al 42 por ciento que considera que no lo está haciendo «adecuadamente». Un significativo 10 por ciento ha optado por no pronunciarse.

Pero el dato más llamativo proviene de los votantes de Ciudadanos, partido que dispone de cinco consejerías, además de la vicepresidencia, en un gobierno de coalición con el PP en Andalucía presidido por Juanma Moreno . Entre los que tienen preferencia por el partido naranja en su intención de voto, son mayoría –exactamente un 58 por ciento– quienes se muestran disconformes con la gestión de sus intereses que hace la Junta, mientras que el 38 por ciento sí se sienten apoyados.

En la tercera pata de la alianza de las derechas, Vox, también predomina la opinión negativa de sus votantes en la labor que está realizando la Junta en este terreno. Sus doce diputados fueron decisivos para facilitar el Gobierno del PP y Cs y aprobar los dos proyectos de presupuestos del Ejecutivo autonómico. El 63 por ciento del electorado de la formación de Santiago Abascal cree que no está defendiendo bien sus intereses. Es el porcentaje que más se acerca al promedio de los encuestados. Por el contrario, el 32 por ciento de los votantes de Vox sí muestra su aprobación.

¿Qué piensan los votantes de la izquierda sobre este asunto? ¿Se sienten representados por el nuevo Gobierno? Su respuesta arroja pocas sorpresas. Entre el electorado del Partido Socialista , el 72 por ciento estima que la Administración –gobernada por primera vez después de 37 años por el centro-derecha– no defiende «adecuadamente» sus intereses. Una cuarta parte de estos votantes (24 por ciento) sí le da su conformidad.

La proporción de descontentos sube hasta un 83 por ciento entre el electorado de Adelante Andalucía –la confluencia de Podemos con Izquierda Unida en la región–. El porcentaje de aprobados se reduce a un 12 por ciento entre los que muestran preferencia de voto por la coalición de izquierdas, que cuenta con 17 diputados en la Cámara autonómica desde las autonómicas del 2 de diciembre de 2018.

En el sondeo realizado por GAD3 para ABC se les pide a los entrevistados que identifiquen el primer y el segundo problema de Andalucía. Para el 59,9 por ciento de los encuestados el paro es su principal preocupación y ocupa el segundo lugar para el 18,1 por ciento. Las cicatrices de la crisis económica y el mal endémico de acceso al mercado laboral siguen copando las inquietudes de los andaluces. Pero se abre paso con fuerza otro problema que hasta ahora tenía un puesto más rezagado entre sus desasosiegos. El campo disputa el segundo puesto a la sanidad en el podio de los problemas de los andaluces. Después del desempleo, el 9,6 por ciento de los encuestados lo identifica como el peor de los males de Andalucía y es el segundo para el 10,1 por ciento.

La encuesta se realizó entre el 17 y el 21 de febrero pasados, coincidiendo con el punto álgido de las protestas protagonizadas por los agricultores y ganaderos , que han tomado con sus tractores las carreteras, desesperados por la falta de soluciones para un sector en crisis que está al límite. En las últimas dos semanas, sus movilizaciones han copado la agenda informativa con sus quejas por los precios bajos de venta y la amenaza del recorte del presupuesto de la política agraria común (PAC).

El descontento por la sanidad es palmario tanto en la calle –el 2 de febrero pasado la plataforma de Spiriman reunió a 20.000 personas en Sevilla– como en gran parte de la opinión pública. Hasta el punto de que representa el primer problema para el 5,8 por ciento de los andaluces y el segundo para 18,6 por ciento. La corrupción, tras la reciente condena del caso ERE, queda relegada a la cuarta posición entre las preocupaciones, seguida de la educación y la situación económica.