La empresa Isofotón acordó su traslado a Luxemburgo tras «fundirse» 44 millones de la Junta de Andalucía

El consejo y la junta de accionistas de Isofotón aprobaron —a instancias del grupo Affirma, el socio mayoritario— trasladar la propiedad de la sociedad radicada en Málaga al pequeño país europeo, que ofrece exenciones fiscales a las multinacionales. Sólo seis meses antes, la Junta de Andalucía, a través de su empresa Soprea, le había otorgado un préstamo de 8,39 millones de euros para financiar los contratos suscritos con el gigante coreano Samsung. Era la última bombona de oxígeno que recibió.

Entre 2005 y 2012, según obra en la causa judicial abierta, la Administración autonómica le concedió 80,5 millones de euros a través de distintos incentivos , de los que llegó a cobrar al menos 44,15 millones, según un atestado entregado por la Policía Nacional a la juez Patricia Fernández Franco, que investiga el supuesto trato de favor en la concesión de ayudas.

El 22 de febrero de 2013, un mes después de presentar un preconcurso de acreedores que terminaría con la liquidación de Isofotón, el Comité de Inversión de la agencia IDEA resolvió el préstamo por el incumplimiento de las cláusulas recogidas en el contrato . La sociedad envió el 6 de febrero de 2013 un burofax a IDEA que incluía un nuevo plan de negocio que la agencia consideraba de «dudosa realización».

Entre sus propuestas, desprenderse de 380 trabajadores y mudarse a Luxemburgo , «bajo el argumento de que desde allí les resultará más sencillo encontrar financiación». Estos dos movimientos, sumados a la suspensión de los contratos con Samsung y el impago de la cuotas de intereses, llevaron a Soprea a denunciar a Isofotón por estafa ante la Fiscalía de Málaga en julio de 2013. A cambio del crédito, la empresa se había comprometido a mantener el empleo y su sede dentro de Andalucía. En la Junta por primera vez se encendieron las alarmas. Sospechaban que era una maniobra para «descapitalizar las sociedad española y trasladar los fondos a inversiones en otras filiales» como la de Estados Unidos.

El Ministerio Público no sólo rechazó la denuncia por estafa sino que también reprendió a la Junta por su pasividad . «Quien se dice engañado se colocó en una posición de ignorancia al no exigir el pleno conocimiento de la situación financiera de quien a él acudía» en busca de respaldo público. « Había razones más que fundadas para sospechar o intuir que la situación en aquel momento del prestatario hacía cuando menos dudoso que pudiera cumplir con las obligaciones pactadas y asumidas», concluyó la Fiscalía.

Cuando los hermanos Ángel Luis y Diego Serrano , presidente y vicepresidente de la compañía, amagaron con abandonar Andalucía, Teresa Ribera permanecía como directiva de la empresa . La hoy ministra aterrizó en la compañía de placas solares en septiembre de 2012 y trabajó hasta mayo de 2013. Venía avalada por su anterior cargo de secretaria de Estado para el Cambio Climático con José Luis Rodríguez Zapatero, cargo del que cesó en diciembre de 2011.

El fiasco de Isofotón guarda muchas semejanzas con la historia de Abengoa . Ambas multinacionales andaluzas fueron líderes en su sector de las energías renovables. Ambas entraron en crisis tras recibir un importante caudal de ayudas públicas. Y ambas amenazaron con trasladarse tan pronto como la Junta de Andalucía les cerró el grifo de la financiación: Isofotón, a Luxemburgo, y Abengoa ha lanzado el órdago de mudarse a Valencia como maniobra de presión al Gobierno andaluz de Juanma Moreno (PP) si no le da 20 millones de euros para esquivar la quiebra.