Datos coronavirus
Los ocho pueblos de Andalucía que se han librado del Covid
Son municipios tan pequeños que han podido esquivar la pandemia por el poco contacto de sus habitantes
ABC
Alcudia de Monteagud, Benitagla y Laroya son los tres municipios almerienses donde nadie se ha contagiado de Covid. Las tres localidades se ubican en la Sierra de los Filabres, forman parte de la Almería despoblada que tiene sus desventajas económicas y sociales, con carencia de ... servicios, pero también sus privilegios en la resistencia frente a la pandemia. La población es mínima en estos pueblos y la edad media de sus habitantes es bastante elevada . En Benitagla apenas viven 58 personas, no hay bar ni tiendas, se abastecen a través de los vendedores ambulantes y en ocasiones gracias a la ayuda de algún vecino que se desplaza a otras localidades y les hace la compra.
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Situación similar viven en Alcudia de Monteagud , con un censo de 138 personas. Su alcalde, Juan Blas Martínez, hizo grandes esfuerzos para intensificar la limpieza en las calles y zonas públicas. Aquí tampoco hay tiendas, un servicio de dispensario de farmacia y dos establecimientos de hostelería. Al ser tan pocos vecinos, como en Laroya con 198 personas, es más fácil establecer un control y trasladar la información. Por ello, su alcaldesa, Dolores Moreno no dudó en poner en marcha un grupo de WhatsApp para informar sobre las medidas y distribuir mascarillas para toda la población. El 80% de los vecinos están incluidos en esta mensajería móvil y reciben a diario los avisos de misa, consultas de médico o la llegada del butano.
El pueblo malagueño de Atajate es el único de toda la provincia que ha logrado salir indemne a los estragos de la Covid-19.
Casi año y medio después de que la pandemia tocara tierra en Andalucía, el pueblo malagueño de Atajate es el único de toda la provincia que ha logrado salir indemne a los estragos de la Covid-19. No se ha detectado ningún caso positivo entre los 169 vecinos que aparecen en su censo y que lo convierten en el pueblo más pequeño de Málaga. Daniel Guerrero regenta un negocio de hostelería en la carretera de acceso a este municipio, ubicado en el corazón de la Serranía de Ronda. Asegura que son varios los factores que han permitido a Atajate escapar del coronavirus, principalmente, la «concienciación» de sus vecinos. «Es un pueblo pequeñito, sin apenas tiendas y con solo un par de bares», explica, «la mayoría de los vecinos son personas mayores que se han quedado en casa y cuando han salido han ido al campo, que es su rutina». Para tranquilidad de todos, el Ayuntamiento les ha puesto al día a través de un altavoz de las medidas sanitarias, los cierres y ahora también de la vacunación.
Tres del interior de Granada
Granada ha sido una de los lugares que más ha sufrido la crisis sanitaria. En cada una de las olas, los municipios granadinos sufrían las restricciones más severas por el incontrolable número de contagios. Mientras tanto, en tres pueblos del interior de la provincia, nada ha cambiado. Desde hace año y medio, como diría la canción, la vida sigue igual. Ni un solo contagio de Covid desde que empezó la pandemia. Es el caso de las localidades alpujarreñas de Lobras, Castaras y Carataunas. «Hemos tenido muchísima suerte y también mucho cuidado. Aunque somos muy pocos y claro, no hay aglomeraciones» comenta Francisca Martín, alcaldesa de Lobras . Su censo ni siquiera llega a los 150 habitantes. Una pequeña aldea, al fin y al cabo, que resiste al virus pero que tiene en la despoblación el mayor de sus problemas.
«Antes salías a la calle y veías mucha gente sentada. Ahora con la vacunación están incluso un poco más animados, pero habrá 5 o 6 jóvenes. Jovencillos, más bien. La media de edad es de 70 para arriba» explica Martín. La descripción es casi idéntica para los otros municipios privilegiados y donde el coronavirus ha sido sólo un rumor. En ellos, si bien el trabajo de limpieza y desinfección ha sido un continuo durante estos meses , también es verdad que apenas había lugares donde contagiarse.
Lobras tiene sólo un bar. Un mesón: «La Fabriquilla», que ni siquiera abre todos los días. Y de menos aún puede presumir Carataunas, que no alberga ni un solo establecimiento hostelero en el municipio. El caso de este último es igualmente el de una población prácticamente mínima, 178 habitantes, y muy envejecida. El pueblo, según indican desde el Ayuntamiento, estuvo cerrado durante el confinamiento, lo que incentivó aún más que la población flotante con segunda vivienda no se trasladara allí. En Cástaras, de 244 habitantes, la población mayor invitó a sus familiares de igual modo a no visitarles para evitar posibles escenarios de contagio, pero ello forzó un escenario complicado. El pueblo no tiene comercios. Ninguno. La mayoría de sus vecinos tuvieron de hecho que hacer pedidos en los supermercados de municipios cercanos como Cádiar y Lentegí para poder dar suministro de comida a las casas.
Entres secadores de jamón
En Huelva hay un municipio que ha logrado esquivar el virus desde el comienzo de la crisis. A parte de por sus secaderos de jamón de la DO Jabugo y de ser el primer pueblo en Andalucía en el que, en cada cita electoral, se conoce el escrutinio, a Cumbres de Enmedio, en pleno corazón de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche, se le conoce ahora por su situación extraordinaria, sin un solo rastro de coronavirus. «Creo que es consecuencia de la responsabilidad de los vecinos», presume (con cautela, que nunca se sabe qué puede pasar mañana) la alcaldesa del municipio, María Reyes Páez, que no ha dudado en suspender las fiestas patronales en honor a San Pedro por «temor» a que el ir y venir de visitantes traiga algún positivo a estas alturas. Cuanto menos movimiento, menos riesgo. Con 51 vecinos censados, el secreto de mantener a raya el Covid está en la escasa movilidad. «Carecemos de servicios básicos diarios y estamos más que acostumbrados a hacer grandes compras y salir fuera en ocasiones contadas», las que suelen limitarse a trasladarse a algún pueblo cercano cuando hay que hacer gestión en el banco. Pero el Ayuntamiento incluso puso incluso un servicio a los vecinos para que no tuvieran que salir y evitar, de esta forma, desplazamientos y contactos.
Con la vacunación (todos los mayores tienen ya la pauta completa), “el miedo se ha reducido” entre los vecinos de este pequeño pueblo onubense, que quiere seguir limpio de virus y confía en la prudencia de los residentes que llegan por temporadas en verano.
Reportaje elaborado por R. Pérez (Almería); P. Marinetto (Málaga); A. Holgado (Granada) y R. Font (Huelva)
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