Salud dejará que las mujeres en Andalucía den a luz acompañadas «a un metro y medio»

El documento, que se llama «Protocolo de acompañantes para la humanización durante el período de pandemia» , recoge que la crisis sanitaria actual marca «un nuevo escenario» para el que hay que organizar «el acceso regulado del acompañante» para el paciente. Así, «se debe maximizar el uso de tecnologías de comunicación y el apoyo psicológico profesional, así como la información telefónica que permitan la presencia virtual del resto de familiares y la comunicación con la persona ingresada», prescribe.

El protocolo de Salud establece cuatro tipos de pacientes para los que hay que regular especialmente la figura del acompañante. Se trata de enfermos terminales, parturientas, menores y discapacitados . En esos casos, y por norma general, solo se permite una persona que acompañe al paciente.

En el caso de las mujeres que van a dar a luz, el protocolo de Salud establece que «tienen derecho a estar acompañadas». Así, y para garantizar ese extremo, se plantea que puedan tener una persona con ellas en el ingreso hospitalario, dilatación y parto. A ambos se les hará prueba de coronavirus y si el acompañante da positivo, no podrá entrar en el hospital.

Tanto la parturienta como su acompañante deberán estar el máximo tiempo posible en la habitación, evitando pasillos y zonas comunes. El acompañante, además, «deberá usar mascarilla y extremar la higiene de manos» y, durante el parto, deberá permanecer a un metro y medio del personal sanitario, lo que, de facto, le separa también un metro y medio de la parturienta. Si esa distancia de seguridad no es posible, «habría que pedir al acompañante que abandone el paritorio».

Si la mujer es portadora del virus, el parto se hará «en una habitación de aislamiento», la mujer llevará mascarilla y el acompañante, EPI. Si el parto fuese por cesárea «no se permite la presencia» de acompañante, reza el documento de Salud.

En el caso de los pacientes terminales, Salud busca garantizar «el derecho a despedirse de sus seres queridos» y «una muerte lo más humanizada y confortable posible». Para ellos se pedirá a los pacientes próximos a morir que designe a un familiar como interlocutor. Y si el enfermo no pudiera hacerlo, se elegirá al que aparezca como contacto en su historial clínico. Para este tipo de pacientes, el protocolo en el que trabaja Salud establece que «excepcionalmente se valore la presencia de más personas con lazos familiares».

Tanto para las parturientas, pacientes terminales como para menores y discapacitados a los que se dirge el plan, hay unas normas básicas comunes. Incluyen, por ejemplo, pruebas a paciente y acompañante a su llegada al hospital y la petición de evitar salir de la habitación. Si el enfermo diera positivo, deberá estar aislado y el acompañante usar EPI. Si es negativo, quien va con el paciente podrá usar solo mascarilla. Además, se establecerá «un circuito seguro» para la salida y entrada del hospital de la persona que se quede con el enfermo.

«En todos los escenarios -añade el protocolo- el acompañante será autorizado a criterio médico , con una declaración jurada de no poseer sintomatología» de coronavirus.

Pero, ¿y en el caso de consultas externas o pruebas diagnósticas? En esos casos se buscará «evitar aglomeraciones» y solo una persona podrá acompañar a los grupos recogidos en el plan . Se buscará que el paciente y la persona designada lleguen con el tiempo justo a la cita y que, si tiene que usar transporte público y no puede ajustar tiempos, se le traslade a una sala de espera habilitada para ese fin.

En todo caso, Salud indica en el documento que las pruebas diagnósticas o consultas no debe acudir nadie -ni paciente ni acompañante- que tenga síntomas de estar contagiado por coronavirus para evitar contagios.