Coronavirus Andalucía
La presión vuelve a los hospitales en un momento crítico de la pandemia de coronavirus en Andalucía
La ocupación de las UCI en la segunda semana de noviembre marcará el criterio para imponer nuevas medidas sin descartar un confinamiento total
J. J. Borrero
«Nadie sabe qué va a pasar este otoño invierno». La frase, intercalada en el mensaje institucional del presidente de la Junta de Andalucía mientras anunciaba las medidas de restricción de movilidad que entraron en vigor el pasado viernes , resume la sensación ... que produce cualquier análisis de evolución de una pandemia con dos elementos difícilmente previsibles: el propio virus y los comportamientos sociales.
Los registros sanitarios confirman que nos encontramos en la fase más crítica con altas cifras de contagios -más de cinco mil diarios- y una presión asistencial que obliga a medidas de emergencia en los hospitales, que esta semana superarán sus cifras máximas de pacientes ingresados cuando sumen más de 2.709. El viernes, el Hospital Reina Sofía de Córdoba ya superó su récord , mientras el Virgen de las Nieves de Granada duplicaba su capacidad de camas UCI ocupando su sala de hospital de día y el Virgen del Rocío, en Sevilla, habilitaba una nueva planta Covid, y van seis.
La capacidad del sistema sanitario marca los niveles de alerta y determinará en la segunda o tercera semana de noviembre -cuando la estadística confirme o desmienta la efectividad de las actuales restricciones- si tenemos que adoptar medidas de contención más duras, como el confinamiento domiciliario , que dependería de un nuevo estado de alarma que debe decretar el Gobierno de España.
Es una medida que ya avala el Colegio de Médicos de Granada , la ciudad andaluza en peor situación, con una tasa de incidencia a 14 días de 1.230 casos por 100.000 habitantes , que triplica la tasa media andaluza. Granada, que comenzó antes las restricciones, marcará si la actual estrategia es suficiente.
El techo de los recursos sanitarios no es sólo una cuestión de espacio o reserva de material. Andalucía cuenta con 892 respiradores en reserva y 80 millones de mascarillas, suficientes para diez meses, y reserva 25 millones de jeringuillas a la espera de que llegue la ansiada vacuna, pero el número de médicos y sanitarios es limitado. No hay profesionales para contratar y el riesgo a que enfermen o tengan que aislarse plantillas completas expuestas a una mayor presión asistencial es máximo. 6.527 profesionales sanitarios andaluces se han contagiado.
No es sólo Covid. La presión asistencial afecta a la actividad quirúrgica, que se reduce al mínimo al haber menor capacidad en las UCI y menos personal disponible. Se retrasan los diagnósticos, se alargan los procesos y la atención a crónicos ... Reducir el alto coste en salud pública de esas otras víctimas de la pandemia que no se contabilizarán es también prioritario.
La ocupación de un 15.37% de camas convencionales para enfermos con Covid en Andalucía supera levemente la media española. La cifra sube al 21,77% cuando se trata de camas UCI. En otras regiones la situación es más grave. Aragón tiene un 47 por ciento de sus camas ocupadas por pacientes covid, Cataluña o Madrid más del 38 por ciento.
La preocupación aumenta porque estamos a las puertas de la temporada de mayor presión asistencial , a punto de debutar los procesos estacionales propios del invierno, como la gripe y otras patologías respiratorias.
Cambio de ritmo
Andalucía se mantiene todavía por debajo de la tasa de incidencia media de España, pero la diferencia es mucho menor . A final de agosto sólo 42 municipios superaban los cien casos de Covid. Ahora solo 64 pequeños pueblos andaluces pueden decir que no saben lo que es un contagio.
La pandemia ha iniciado en octubre un cambio de ritmo sorprendente en toda Europa que hace muy difícil concretar los hechos diferenciales que provocan cambios de tendencia en una misma zona en cuestión de días. Los brotes de julio en Almería se achacaron a la inmigración y a las condiciones de trabajo de las explotaciones agrícolas del Poniente. El buen tiempo y la atracción de la Costa del Sol marcó los máximos históricos de contagios en Málaga, que ahora tiene la tasa de incidencia más baja de la comunidad. Los contagios se multiplican en las provincias de interior. Pero, ¿qué explica que en Huelva, la provincia donde menos impacto tenía la pandemia, cambie ahora la tendencia, mientras en Cádiz, provincia contigua y costera, los contagios tienen una evolución más benigna ?
El control de brotes es una clave fundamental. El seguimiento de los mismos se ha realizado por los equipos de Atención Primaria. Tras el fin de la primera ola, la Consejería de Salud encargó las labores de rastreo de brotes a más de 8.500 profesionales de Primaria. Asegura tener 9.073 rastreadores, pero en la práctica solo 953 realizan esta labor a tiempo completo. El agotamiento del personal de los centros de salud, que ahora además gestionan la campaña de vacunación de la gripe, condiciona el modelo. La comunidad confirmó entre los días 22 y 29 de octubre 25.700 contagios. En el mismo periodo declaró 131 brotes que implicaban solo 925 casos. La fase de control de brotes parece superada por los acontecimientos.
Otro frente en el que se han volcado todos los esfuerzos es evitar la sangría que generó el virus durante la primera ola en las residencias de mayores. Sólo en 93 de los 1.107 centros de Andalucía hay usuarios afectados. Pero cuando entra el virus en esos centros el efecto es devastador. En otros 103 se detectaron positivos solo en trabajadores que fueron aislados. En estos centros se han realizado 375.922 pruebas, con 5.850 positivos.
El factor juvenil
Hay otros factores objetivos de riesgo que pueden justificar el súbito cambio de tendencia. El regreso a las aulas de secundaria, bachiller y universidades podría explicar la mayor expansión del virus en octubre. Lo demuestran las gráficas en pirámides de edad comparadas de la primera y la segunda ola. Hay más contagios en jóvenes desde el verano con diferencia. También explica que las curvas de contagios e ingresos se separaran en la primera quincena del pasado mes. El incremento de casos asintomáticos eleva el riesgo a la propagación del virus que más tarde se refleja en las cifras de hospitalizaciones cuando se transmite a población mayor y más vulnerable.
Otra cifra corrobora la negativa evolución de la pandemia: la positividad de las pruebas de detección se ha elevado al 17,52 por ciento, muy lejos del 5 por ciento que marcó la OMS como límite admisible para considerarla bajo control. Para variar este factor es importante incrementar el número de pruebas de detección (PCR o test de antígenos).
Andalucía ha dejado de ser la última comunidad en tasas de test por 100.000 habitantes. Ya se acerca a la media española. El objetivo es realizar 200.000 test a la semana . Entre el 20 y el 26 de octubre se hicieron 153.565 pruebas. Actualmente se cuenta con una reserva de 5 millones de test de antígenos rápidos y 2 millones de PCR. Para incrementar la prevención en la fase más crítica Salud espera contar en breve con test de antígenos que detectan simultáneamente la gripe y el coronavirus.
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