Bretón tacha de «falso» el informe sobre los huesos
Tilda las acusaciones de «barbaridad» y sigue manteniendo su inocencia
d. d.
Los indicios apuntaban a José Bretón desde un principio como el principal sospechoso. Ahora, los contundentes informes que prueban que los restos encontrados en la hoguera son «humanos» lo enfocan como único responsable de la desaparición de sus hijos, pero Bretón ... sigue manteniendo que no los mató.
Así lo puso ayer de manifiesto su letrado, José María Sánchez de Puerta , que declaró -tras visitarlo en el centro penitenciario de Alcolea , donde sigue con el régimen antisuicidios- que su cliente considera que es una «barbaridad» lo que aseveran sendos informes, ya que, en sus palabras, « es totalmente falso ».
Cabe recordar que el progenitor siempre ha mantenido su inocencia, pese a haber incurrido en múltiples contradicciones a lo largo de las diversas declaraciones ante el juez.
En este sentido, con respecto a la hoguera, Bretón llegó a manifestarle al togado que «no arrojé restos de animales » y que era una fogata «pequeña», pues apenas superó los «50 centímetros», y que la encendió con «palillos y papel de periódico» . Dijo rotundamente que encendió el fuego «a las 14.00 horas y a las 15.00 estaba terminado», algo que contradicen los datos aportados por la Agencia de Medio Ambiente , que constata el inicio de la ignición sobre las 17.07 horas.
Además, aseguró que no utilizó acelerante alguno para que el fuego alcanzase más temperatura, afirmaciones que caen por su propio peso tras las últimas pruebas recabadas. La fogata pudo alcanzar alrededor de los 650 grados centígrados y hasta los 800, gracias a la utilización de materiales de construcción y de una mesa metálica que convirtió la hoguera en una especie de crematorio.
En su comparecencia del 16 de febrero, negó rotundamente que utilizase los 140 litros de gasoil que compró semanas antes en la hoguera.
Así, según la declaración del progenitor, a la que ha tenido acceso este periódico, adquirió ese combustible para sus últimos desplazamientos desde Huelva hasta Córdoba antes del 8 de octubre. En concreto, explicó a la sala que compró en una cooperativa de El Portil y en dos ocasiones distintas 70 litros porque era «más barato». De ellos, «cincuenta iban a parar directamente al depósito del coche y el resto, lo llevaba en cantimploras».
Una vez que llegaba a Córdoba, «cuando ya veía que le cabían los veinte litros restantes, se los echaba», y con eso tenía para regresar a la capital onubense, versión a la que nunca le ha dado credibilidad ni el juez ni la fiscal.
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