El 90% de los andaluces vive ajeno a los peligros de la web

La cuestión es que el uso de datos en la web preocupa a los andaluces. Tanto como para que casi siete de cada diez personas en la comunidad temen que alguien suplante su identidad usando sus datos. La cifra es aún más alta entre quienes señalan que es muy probable que se usen sus datos sin su consentimiento.

Además, según el estudio de la Junta, son las mujeres las que temen por sus datos. Son la población que muestra una mayor inquietud por el destino de los datos que introducen en las webs por las que navegan. De hecho, el 25 por ciento de las andaluces de entre 66 y 75 años confiesan que nunca da su consentimiento para ceder sus datos cuando navegan.

Pero, ¿en qué páginas confían los andaluces? ¿Dónde entran sin dudar de los riesgos de ceder sus datos? Sobre todo en servicios de sanidad pública. El SAS y sus aplicaciones son la opción a la que hacen referencia nueve de cada diez andaluces como un espacio de navegación segura. Le siguen las webs de la administración pública, según responden casi nueve de cada diez encuestados.

Pero hay un dato más llamativo aún: los andaluces tienen la peor de las opiniones sobre la venta ‘on line’. Las tiendas web tienen la más baja credibilidad según los andaluces porque piensan que puede suponer un riesgo para sus datos. Así, más del 80 por ciento de los encuestados ponen de relieve sus recelos con los comercios telemáticos.

Sin embargo, y esto es lo curioso, esa desconfianza no aleja a ninguno de los andaluces de las compras online. De hecho, el 87 por ciento de los preguntados por la Junta asegura que, de forma frecuente, adquiere productos por Internet. A la hora de la verdad, las sospechas contra el comercio en la web no parecen tan importantes.

Tampoco gozan de una gran opinión entre los andaluces los servicios de inmobiliarias, financieras, aseguradoras o empresas de marketing o telefonía en Internet. Solo las aprueban el 23 por ciento de los ciudadanos. Poco por encima están las empresas de productos de la web o las tiendas físicas, que tampoco consiguen el aprobado, al quedar por debajo del 50 por ciento de la aceptación de los andaluces.

Sin embargo, y pese a lo que pueda perecer por esas suspicacias de los ciudadanos ante el comercio por Internet, los medios digitales tienen un gran calado en los hogares de Andalucía. Así, el 99,1 por ciento de los andaluces tiene teléfono móvil. Quien no lo tiene es una rara avis, aunque sí ocurre con más frecuencia entre los hombres de entre 66 y 75 años, tres puntos por debajo de la media andaluza.

Entre la equipación que tienen de forma mayoritaria los hogares andaluces, señala el estudio de la Junta, se puede encontrar conexión a Internet, ordenador personal y televisión inteligente. Sin embargo, esto es más cierto para las casas donde los ingresos superan los 3.000 euros mensuales. Cuando se baja de esa cantidad, indica la encuesta, se reduce a la mitad los ordenadores, un tercio menos de televisiones con conexión y menos de la mitad de tabletas, que sí hay en el 80 por ciento de los hogares con más recursos.

La cuestión es que, advierten los expertos, la presencia constante de ordenadores, móviles y televisores puede suponer un riesgo para los menores. Así lo señala el estudio ‘Impacto de las pantallas en la vida familiar’ de GAD3. Porque, indican en el estudio, los adolescentes se abren cuenta en las redes sociales en el momento en que tienen ya un móvil. Y eso suele ocurrir, explican los padres, entre los 13 y los 15 años.

Sin embargo, señalan quienes trabajan con tecnología, no se puede regalar un móvil a alguien tan joven sin, antes, pactar unas normas. Porque cuando un menor tiene acceso propio y sin supervisión, explican en el estudio, puede ocurrir que sea víctima de ciberacoso -el temor del 30 por ciento de los padres- o causante del mismo -lo que se temen el 17 de los progenitores.

En todo caso, señala IECA, son las jóvenes andaluzas de 16 a 25 años las que más usan Internet en su día a día. Lo hacen el 98 por ciento de ellas. ¿Y quién menos? Los hombres de 66 a 75 años , franja de edad en la que solo el 71 por ciento se conecta de forma frecuente a la web.

Esas diferencias en cuanto al acceso a Internet se notan también de forma muy acusada en el campo y la ciudad. Mientras que en el medio rural solo el 69 por ciento cuenta con un ordenador, en el medio urbano es el 82 por ciento.