Una procesión sufrida para la Virgen del Rocío

Desde el salto de la reja, casi a las tres en punto como en años anteriores, hasta que la Virgen hizo aparición en la explanada bajo un inmenso mar de flashes de los móviles, pasaron casi diez minutos ya que el cordón humano que desde hace unos años se forma alrededor del paso se rompió por la cantidad de personas que había intentando coger las andas.

La procesión de la Virgen ha sido dura para los almonteños, menos organizados que en años anteriores repitiendo estampas que la hermandad Matriz quería evitar desde que en 2011 en una de esas caídas se rompió un varal y hubo que suspender la procesión .

La procesión no iba bien , y así lo señalaban los propios hombres de la Virgen cuando salían del cordón para descansar. Y, en el Acebuchal, después de que la Blanca Paloma visitara Pilas y Coria, y de que Pepe el Marismeño le cantara por sevillanas, cuando abandonaba Puebla del Río camino de Umbrete, ocurrió algo que simbolizó la clave de la procesión. Tras una caída tras otra, una de las camaristas se subió al paso para comprobar que el cetro de la Virgen estaba correctamente. Desde arriba, les dijo a los almonteños: «Estáis dando el espectáculo, como sigáis así la Virgen se queda en el altar. La Reina de Almonte no puede estar rodando por los suelos porque nos quedamos sin ella, hay que tratarla con mucho cariño».

Algunos almonteños que estaban en la trasera del paso se molestaron e incluso intentaron levantarlo con la camarista arriba. Bajo un silencio sepulcral, tras la reprimenda, la camarista comenzó la arenga: «Viva la Madre de Dios, viva Almonte y vivan los almonteños. Y ahora vámonos con ella con mucho cariño».

Los hombres se fajaron bajo las andas, la levantaron, visitaron Umbrete y poco a poco fue mejorando el recorrido, muy complicado en las estrecheces del Acebuchal.

En la misma plaza, de lejos, el presidente de la hermandad Matriz, Juan Ignacio Reales , controlaba el discurrir de la procesión. Llegaba en esos momentos la Virgen a la esquina por donde solía girar y acercarse hasta la casa hermandad de Hinojos . Este año, se le pidió a la filial que acercara el Simpecado, causando cierta molestia. La versión oficial es que el Plan Romero había instado por seguridad que no se metiera en esa zona que provoca un tapón año tras otro. La versión popular habla de cierto castigo por una polémica entre ambos pueblos a cuenta de los caballos en Doñana. Sea como fuere, la Virgen no se acercó y sí lo hizo el Simpecado.

La procesión que, hasta entonces, había sido poco limpia por las continuas caídas, mejoró notablemente al salir a la zona ancha tras visitar Sanlúcar la Mayor. Los Simpecados, como novedad, se alinearon todos en un mismo lado , por lo que se evitó el zigzagueo del paso y aligeró notablemente la marcha.

Tanto que, aunque parecía imposible, la Virgen logró llegar a Triana a las 6:40 horas de la mañana, cuando comenzaba a despuntar el alba, y apenas estuvo un par de minutos ante el Simpecado de la sexta hermandad filial.

Otra de las claves de la procesión de este Lunes de Pentecostés ha sido la gran cantidad de público que se ha concentrado en todo el recorrido de la Virgen desde su salida. Las temperaturas agradables y el buen tiempo han hecho que en esta romería dura por las inclemencias meteorológicas de los últimos días se pudiera disfrutar de una procesión espléndida.

Tras casi diez horas de procesión la Virgen volvió a su Santuario a las 12.55 horas.