Un Rocío de cuatro estrellas

En este caso está al cien por cien para el fin de semana del Rocío. El 7 por ciento de esas reservas están hechas hace un año, y el 30 por ciento restante se reservan con 2-3 meses de antelación.

Desde el grupo Kaizen destacan que alojarse en este enclave tan especial supone «una inolvidable experiencia en un espacio que, respetando escrupulosamente la arquitectura y el paisaje del entorno, no escatima en lujo»

Siguiendo la filosofía de Kaizen Hoteles de recuperar edificios autóctonos en destinos de gran belleza, La Malvasía I y II se ubican en auténticas casas rocieras rehabilitadas conservando su esencia y, sobre todo, respetando los recursos naturales del entorno gracias al uso de las más avanzadas tecnologías como la aerotermia o los circuitos cerrados de recuperación de aguas para preservar el medioambiente y garantizar la supervivencia de joyas como Doñana.

Tras una reciente ampliación, un total de 35 habitaciones combinan el estilo rústico, con materiales naturales como vigas de madera para los techos y tejidos de alta gama para la ropa de cama, con una exquisita decoración contemporánea ideada por la interiorista Alejandra Pombo, ofreciendo todas ellas el máximo confort y vistas a las arenas y marismas de Doñana.

Además se ha cuidado al máximo la amplitud y luminosidad, con grandes ventanales que se convierten en miradores privilegiados de un ecosistema único como el que ofrece una de las principales reservas de la Biosfera de Europa.

Conservando la estructura propia de las casas rocieras, las estancias se articulan en torno a los típicos patios andaluces donde las fuentes y la vegetación crean un apacible ambiente ideal para relajarse y disfrutar del lugar.

El hotel La Malvasía cuenta igualmente con espaciosos salones para eventos y celebraciones, así como el Restaurante La Boca, abierto tanto a huéspedes como al público en general que quiera degustar lo mejor de la gastronomía onubense. Cocina de vanguardia e innovadora basada en los mejores productos de cercanía.

Además, la ubicación del hotel permite llegar, en apenas diez minutos, a playas como la de Matalascañas; adentrarse a caballo entre pinares o surcar las dunas del entorno; observar en libertad colonias de flamencos y aves migratorias que tienen en las lagunas y humedales de Doñana uno de sus principales hábitat en el continente; o simplemente sentarse en la piscina, las terrazas, patios y porches del hotel a disfrutar de los sonidos y aromas de un rincón único del planeta.

La Malvasía toma su su nombre de una de las 270 especies de aves que pueden verse Doñana. Una oferta para un Rocío de lujo.