Episodios locales
El primer camino del Rocío de la hermandad de Sevilla
La hermandad de Sevilla conmemora estos días las 75 peregrinaciones a la aldea almonteña, que inició un 10 de mayo de 1951 desde la céntrica parroquia del Salvador
Guía del Rocío 2025: estos son los cultos y las fechas clave de la romería
El simpecado de Sevilla, conocido como de las estrellitas
La plaza del Salvador estaba «engalanada profusamente desde la víspera». Una gran bandera nacional ondeaba desde lo alto de la cúpula del templo y en la puerta principal se había dispuesto un altar de plata con la imagen de la Virgen del Rocío, el simpecado ... de las estrellitas y otras insignias de la hermandad. A las 9.30 de la mañana del 10 de mayo de 1951, el párroco, Andrés Guillén Morales, inició la misa de romeros, para lo que fue necesario cortar el tráfico en la hoy plaza peatonal.
Dice la nota del periódico del día siguiente que «la presencia de los caballistas y las muchachas ataviadas a la andaluza ofrecía una singular nota de colorido en pleno corazón de la ciudad». El hermano mayor, Miguel Lasso de la Vega, no pudo hacer ese primer camino por enfermedad, por lo que fue el abogado José María Domenech el encargado de llevar el simpecado –«obra de Marmolejo, que ostenta en el centro una preciosa imagen de la Virgen del Rocío, debida al imaginero señor Castillo Lastrucci»– hasta la carreta, mientras las bandas de música interpretaban el himno nacional.
La crónica de aquella primera salida rociera incluía detalles artísticos: «La carroza, que llamó poderosamente la atención, tiene una tumbilla de telas preciosas, similar a la tan familiar para los sevillanos del paso de la Virgen de los Reyes, a la cual sostienen cuatro varales de plata del siglo XVIII, de los que penden cordones blancos y verdes. La peana, en la que quedó fijado el simpecado, también de plata, constituye una valiosa obra de arte. En los extremos de la carroza se habían colocado jarras del mismo metal».
MÁS INFORMACIÓN
Abría comitiva la banda de música del regimiento de caballería Sagunto, seguida de la del regimiento de Infantería. No es de extrañar esta notable presencia militar porque el capitán general, Ricardo Rada y Peral, portaba la vara de hermano mayor en razón de su título honorífico.
Aquel primer camino de la hermandad de Sevilla la llevó a Almensilla, en cuyo término municipal pernoctó en una finca del vizconde de Dos Fuentes, hermano mayor efectivo. Y en Villamanrique de la Condesa –donde se unió al camino el capitán general y la marquesa de Laula, hija de los duques del Infantado– tuvo lugar la ceremonia de amadrinamiento a cargo de la hermandad de esta población, actuando la de Benacazón como testigo.
'Pará' en Almensilla
El capitán general Rada presidió la primera salida desde el Salvador para pernoctar en una finca del vizconde de Dos Fuentes
Hasta llegar a ese primer camino se había completado otro itinerario burocrático no menos arduo y penoso que el que discurre por las arenas marismeñas. La hermandad se había fundado en 1933, pero la autoridad eclesiástica rechazó las reglas primitivas hasta que no se eliminase cualquier referencia a la salida en romería. La novena de mayo y la misa del 19 de agosto eran todos los cultos autorizados.
Hasta que en octubre de 1950, el cardenal Segura dio el 'nihil obstat' a unas nuevas reglas en las que ya se consentía la salida en romería por Pentecostés. Ese año, la hermandad organizó el triduo a la Virgen el 21, 22 y 23 de diciembre en honor a la proclamación del dogma de la Asunción por Pío XII el 1 de noviembre de 1950. Pero las penurias de la época impidieron celebrar la novena en mayo porque la hermandad se volcó en aquel camino del Rocío, el primero de los 75 que han seguido después.
Renovación a precio de tarifa vigente | Cancela cuando quieras