Día de Andalucía
Rocío Castillo: «Quiero vivir y trabajar en mi tierra, Andalucía»
#28F
Natural de Marbella, esta ingeniera Química Superior es un referente en su campo y trabaja en el Parque Energético de San Roque, en Cádiz
«Durante mi estancia en el extranjero pude ver en Andalucía la cultura del esfuerzo y el respeto»
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Excelencia y juventud no están reñidas, en absoluto. En Andalucía hay mucho talento y la generación que nació con el Estatuto de Autonomía y que ahora tiene 45 años cuenta con brillantes y exponentes en todos los ámbitos. Uno de ellos es Rocío Castillo, ... un referente en su campo. Es ingeniera jefa de Mejora Continua del Parque Energético de Moeve en San Roque, Cádiz, unas instalaciones pioneras en las que trabajan más de 900 personas.
Natural de la localidad malagueña de Marbella, es la mayor de tres hermanas. La sangre andaluza corre por sus venas desde hace generaciones. Sus padres, abuelos y bisabuelos son malagueños.
Rocío Castillo estudió Ingeniería Química Superior en Universidad de Málaga. En 2005, una vez terminada la carrera, realizó prácticas en Dortmund, Alemania, una etapa que asegura le marcó especialmente. Aquella experiencia le permitió trabajar con personas de nacionalidades y culturas diversas pero además, añoró su tierra: «Aquella etapa me permitió valorar mejor la suerte de vivir en Andalucía».
También ha cursado másteres en Instrumentación y Control Avanzado, Six Sigma-Lean Manufacturing Black Belt y diversos programas gerenciales. En 2006 se unió a CEPSA —ahora Moeve—, empresa energética de referencia en España, con plantas energéticas en Cádiz y Huelva.
En estos años ha aprendido, como ella misma reconoce, pero también aportado valor desde diferentes puestos: ingeniera de Proyectos, ingeniera de Procesos o ingeniera de Control Avanzado, responsabilidades en las que cuales ayudó a optimizar energéticamente «y a aumentar la eficiencia de nuestros procesos».
En 2021, según explica Rocío Castillo, tuvo la suerte de incorporarse al nuevo programa de mejora continua (BRIO) del Parque Energético San Roque. Primero como agente del cambio y, poco después, como responsable. «Gracias a este nuevo rol acompaño a los líderes de mi centro y a todos sus equipos en la búsqueda de la excelencia en sus labores y procesos diarios», cuenta.
Orgullosa de sus raíces y de su tierra, asegura que su estancia en el extranjero le hizo ver a Andalucía desde otra perspectiva. La distancia le permitió hacerlo: «Durante mi estancia en el extranjero pude ver claramente en Andalucía la cultura del esfuerzo, el respeto y unas relaciones sinceras y profundas, tanto de familia, como de amistad, compañeros, vecinos; todo ello mezclado con parajes naturales maravillosos o fiestas y ferias inolvidables», confiesa esta ingeniera malagueña que trabaja en la localidad gaditana de San Roque.
Entrevista final de trabajo
Es tal su pasión por Andalucía, que pone como ejemplo la respuesta que ofreció en la entrevista final de trabajo que realizó para Moeve, donde dejó claras sus prioridades: «Para resumir mi enamoramiento con mi tierra, compartiré una de mis respuestas en aquella entrevista final para entrar en Moeve. Me preguntaron si tenía disponibilidad para viajar y trabajar en otras regiones o países. Respondí que por supuesto, que estoy totalmente disponible para viajar y aprender desde el país que necesiten. Eso sí, también dije que lo único que sí tengo claro es que a medio y largo plazo quiero trabajar y vivir en Andalucía. Y así ha sido», explica.
Pero el sentimiento andaluz para esta ingeniera malagueña va más allá, es un concepto de vida. «Para mí ser andaluza es sentirme parte de una comunidad que comparte valores, que me cuida y por la que me preocupo. Tiene cultura, hábitos y lenguaje propios», apunta.
Al respecto, reconoce que es consciente de que hay personas que generan ese sentimiento que ella tiene con Andalucía con un deporte o una afición, «gracias al cual comparten vivencias e inquietudes con personas afines».
Rocío Castillo, sin embargo, asegura que ha generado este vínculo a nivel de vecinos y de colegas «por el hecho de haber crecido y habernos hecho adultos en una tierra común, donde conoces a tu vecino por su nombre; donde si sales a comprar preguntas si necesitan algo y si están los niños jugando en el patio o en la playa se ofrecen a echarles un vistazo».
Y pone un ejemplo de ese espíritu de comunidad y de empatía que defiende tienen los andaluces: «Cuando fui madre por primera vez mis vecinas venían a ofrecerme su ayuda por si necesitaba dormir un poco».
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